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Jesús Lens
Granada
Viernes, 13 de enero 2023, 00:55
El lunes 16 de enero se celebra –o se soporta, mejor dicho– el blue monday. En teoría, según un sesudo algoritmo, es el día más triste del año, el más deprimente. La jornada más penosa del 2023. A ello contribuyen la cuesta de enero, los kilos de más, las deudas acumuladas por la Navidad, constatar que no estamos cumpliendo con nuestros propósitos… en fin. Que no es un buen día.
Por fortuna, hay alimentos que levantan el ánimo. Eso es así. Comenzar la jornada con un chocolate espeso y caliente y unos buenos churros crujientes, por ejemplo, te propulsa a la estratosfera y no hay blue monday que se les resista. Si andan alicaídos o bajos de ánimo, asómense a la plaza Bib-Rambla para disfrutar de sus cafés centenarios. Si tienen prisa, el take away de chocolate con churros de Cafetería Alhambra sale a su rescate.
Y es que el chocolate es uno de esos alimentos con capacidad euforizante y antidepresiva. Cristina Ocete, dueña y maestra pastelera de Tartas Cristina, lo tiene claro. «El chocolate provoca sensación de bienestar. Cuando un cliente se lleva tarta de chocolate, se está llevando, de paso, una porción de felicidad», explica con convencimiento.
La clave está en un aminoácido, el triptófano, que contribuye decididamente al mejor funcionamiento de nuestro cuerpo. Es un compuesto que actúa sobre nuestro estado de ánimo, facilita una regulación adecuada del sueño y resulta útil a la hora de combatir algunos de los males propios del siglo XXI que tanto se han incrementado en estos años: estrés, angustia, ansiedad y depresión.
El caso es que nuestro cuerpo no genera naturalmente el triptófano: es necesario adquirirlo a través de los alimentos. Será entonces cuando ayude a generar la serotonina, melatonina o vitamina B-3 que tanto bienestar nos producen. Y ahí es donde entra en juego el chocolate, el alimento que más triptófano acumula, por lo que su consumo en estas fechas está muy recomendado. Eso sí, conviene no abusar, no sea que a vuelta de unas semanas, nos entre depresión… por otras razones. Prudencia y, siempre, que el chocolate elegido tenga un alto porcentaje de cacao. Mínimo, el 70%. Que lo demás es azúcar.
Precisamente esa es la proporción que usa Cristina Ocete en la mayoría de sus recetas. Trabaja con varios proveedores, todos de calidad contrastada. «Con esa proporción de cacao, tiene más sabor a chocolate». Y lo dice una maestra pastelera que, desde niña, ha tenido predilección por ese producto. «Desde pequeña me ha encantado el dulce y el chocolate, lo que más. En todos sus formatos, desde el famoso turrón navideño a los frutos secos cubiertos con chocolate. Cuando mi padre venía de viaje, siempre nos traía chocolates nuevos, de marcas diferentes. Y recuerdo una tienda de ultramarinos en Gran Vía donde íbamos a comprar bombones».
En Tartas Cristina tienen más de diez variedades de productos en los que el chocolate es el ingrediente principal: tartas de trufa, tres chocolates y chocolate con naranja, una de las más vendidas. Bombón, Capricho de chocolate, Selva, diversos tipos de brownies… Y para quienes rehuyan del azúcar, una tarta de chocolate que no lo usa: el cacao se endulza con xilitol, conocido como 'el azúcar del abedul', con un 40% menos de calorías y apta para diabéticos. También tienen una tarta de chocolate sin lactosa y para veganos.
El año pasado, Tartas Cristina inauguró sus nuevas instalaciones, en las que cuentan con dos obradores completamente independientes, uno de ellos dedicado a los productos sin gluten, cada vez más demandados y que están teniendo una gran aceptación. De esta forma, tartas que no tienen harinas, como la de chocolate con naranja o sus famosísimas Lágrimas de Boabdil, ya se pueden consumir también por las personas celíacas, sin que haya diferencia alguna en su sabor. Otras han sido adaptadas, pero siempre manteniendo los estándares de calidad y sabor que caracterizan a Tartas Cristina.
Cristina Ocete tiene claro que el chocolate es un ingrediente muy agradecido. «Si usas buen chocolate, de calidad, los resultados son siempre magníficos. Con buenos ingredientes, las tartas salen riquísimas», explica con sencillez.
Si queremos redondear la experiencia chocolatera y elevar aún más los estándares de felicidad, recordemos que los frutos secos también contienen ese triptófano al que nos referíamos antes. Las almendras, las nueces y las avellanas. De ahí que una tarta como la Capricho, que combina chocolate y almendra, sea el mejor antídoto imaginable contra los estragos del blue monday y la depresión ambiental. «Está hecha con delgadas capas de almendra y diferentes capas de chocolate. Es una tarta muy fina y diferente, no es un dulce al uso», explica Cristina, que también recomienda las Lágrimas de Boabdil para estos días, «por su combinación de frutos secos y frutos rojos, que también tienen triptófanos».
Recordemos, además, que el chocolate tiene flavonoides que aportan al cuerpo propiedades antioxidantes y facilitan la circulación de la sangre. Los polifenoles que lleva, por su parte, son buenos para el corazón. Contra el bajón, ¡una de chocolate!
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