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No todos los superhéroes llevan capa, es cierto. Están por ejemplo, quienes no engordan en Navidad. Para los demás, simples mortales, subirse a la báscula estos días supone un mal trago, un berrinche. Quien más, quien menos, se ha echado un par de kilos a la cintura. Es tiempo, pues, de contención, mesura y depuración.
No creemos en dietas milagro, que no existen. Pero sí hay platos que podemos considerar aliados en nuestra cruzada por bajar algo de peso. Recetas sanas y naturales hechas con ingredientes hipocalóricos que, además de aportar pocas calorías al cuerpo, tienen efecto saciante, con lo que sentiremos menos ganas de comer otras cosas. Y fibra, también aportan esa fibra esencial para favorecer el tránsito intestinal y ayudar en la digestión.
Por ejemplo, la porrusalda, una sopa típica del País Vasco que tiene al puerro como protagonista. Se acompaña de patatas, cebollas, zanahorias, un esqueleto de pollo o, si prefieren, algo de bacalao. Se acompaña de sal, aceite de oliva, perejil y, por supuesto, de agua, mucha agua.
Aporta nutrientes al cuerpo, pero apenas nada de calorías o grasas de las malas. Es sabrosa, no tienes sensación de estar comiendo 'de dieta' y es diurética.
Una clásica para estas fechas es la alcachofa. Una buena sopa de alcachofas se puede hacer con las hojas de fuera y dejar los corazones para otras recetas. Diez alcachofas, dos cebollas y un buen ramo de perejil, todo bien partido y cocido durante 30 minutos en agua hirviendo. Se deja enfriar un poco, se cuela bien colado y para dentro. Un chorreón de limón le da un toque cítrico que será bienvenido.
Si le gustan los platos más densos, si es usted más de cremas que de sopas, un puré hecho con hortalizas de hojas verdes también ayudará a combatir los excesos de las Navidades pasadas. Combinar espinacas, apio, puerros y brócoli es una propuesta imbatible: tiene efectos diuréticos y muy pocas calorías.
Se lava la verdura, se corta y se coloca en un recipiente con un poco de agua. Para que combine bien, usar 3 partes de espinacas, 2 de brócoli y apio y 1/2 de apio. Se hierve todo junto y cuando esté bien cocida la verdura, se pasa por la batidora o la licuadora. Si queda demasiado espesa, se le puede añadir agua. A gusto del comensal. Ojo con la sal.
Y de cara al dulce, para el postre lo mejor es terminar con piña. Natural, no de lata. Es una fruta excelente por la enorme cantidad de agua que atesora; las pocas calorías que aporta y, sobre todo, por su aporte de bromelina, una enzima que forma parte del jugo gástrico y que sirve para deshacer las proteínas, facilitando la digestión. Un tartar de piña, por ejemplo, troceada y acompañada de leche de coco y hierbabuena, es una inmejorable opción.
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