Alberto Flores
Granada
Viernes, 26 de mayo 2023, 00:12
Fernando Pérez, natural de Salar, es un granadino que no podría entender su vida sin la cocina. Desde joven, con solo 16 años, decidió entrar en este mundo y desde entonces, aunque la vocación no llegaría hasta más tarde, no se ha separado de él. ... Una carrera profesional cargada de éxitos que le ha llevado prácticamente por todos los puntos de España para trabajar en decenas de cocinas diferentes: Granada, Lanzarote, Jerez, Cuenca, Murcia, Valencia, Formentera… Una lista prácticamente interminable.
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«He trabajado en todo tipo de sitios, desde restaurantes pequeños o en casetas del Corpus, hasta en hoteles de lujo de 5 estrellas», cuenta a IDEAL el granadino, que desde hace seis años es, además de chef, profesor de cocina en el Centro de Formación Profesional La Inmaculada. «En los restaurantes solía tener alumnos en prácticas y me di cuenta de que tenía mucha paciencia con ellos y me gustaba ayudarles, así que decidí entrar en el mundo de la formación».
Observaba como muchos chefs de su generación se dedicaban a la docencia a pesar de no tener una experiencia tan amplia como la suya, así que pensó que sería un candidato idóneo para moldear y enseñar a los chefs del futuro. «Lo que me empujó fue la idea de poder ayudar a los jóvenes, enseñarles de una forma muy real lo que se encontrarán cuando empiecen a trabajar», algo que lleva haciendo desde 2017 en La Inmaculada.
Fernando Pérez
Cocinero y profesor
Y ahora, tras varios años dedicados a la enseñanza, puede asegurar que la sensación es «impagable». «La escuela lleva ofreciendo esta formación cinco años, que es poco tiempo. Pero ver como hemos tenido ganadores en concursos como GranaJovenChef o el de Le Cordon Bleu y vivir esos momentos con los alumnos es una gran alegría». Sin embargo, pese a su gran labor como profesor, algo que los propios alumnos reconocen, desvela que el más afortunado es él mismo: «Esta profesión no para de evolucionar y desde que empecé a dar clases no he parado de estudiar. Me enriquece mucho a nivel personal y profesional, todos los alumnos me aportan algo y al final el más beneficiado soy yo».
De hecho, aunque no lleva tanto tiempo dedicándose a la enseñanza, reconoce que tiene un gran sueño, que es «conseguir que La Inmaculada sea la mejor escuela de la hostelería, una referencia». Además de ser profesor, compagina el tiempo libre que le queda trabajando como cocinero. Sin ir más lejos este verano aprovechará las vacaciones de la escuela para marcharse a trabajar a Suecia. «Trabajar en la docencia me permite poder hacer esto y es la manera de seguir en contacto con la cocina profesional y no perder comba, saber qué está ocurriendo para cuando los alumnos me pregunten», finaliza.
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En muchos sectores es imprescindible contar con formación para acceder a determinados puestos de trabajo. Sin embargo, en el de la hostelería no siempre es así. «La formación es importante en cualquier profesión, no solo en la cocina», apunta Fernando Pérez, que entiende que es algo a lo que se le debería dar «más importancia desde otros estamentos» para fomentarla. «Los jóvenes no quieren pasar varios años estudiando para aspirar a un contrato de formación», algo que es «poco premio» después de tanto esfuerzo.
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