Por la próstata, te quiero verde

En el estado de Nueva York hay un condado, un pueblecillo de apenas 5.000 habitantes, donde se levanta uno de los laboratorios más punteros de Estados Unidos en la investigación del cáncer, el centro Cold Spring Harbor. Un equipo de esta organización dirigido por el profesor Lloyd Trotman ha descubierto un suplemento prooxidante que ralentiza la progresión del cáncer de próstata en los ratones.

La investigación tiene aún recorrido, pero todo apunta a que lo visto en animales puede tener aplicación en humanos. Yotra cosa muy importante. La vitamina K, rica en este producto, se encuentra en los alimentos más sanos, los de color verde, que no son pocos. Tome nota: lechugas, espinacas, col, berza, brócoli, aceitunas, aceites vegetales, frutas como los kiwis, los higos... ¡Hay un montón! Las fruterías están llenas de color verde.

Un error bien aprovechado

El trabajo norteamericano tiene una curiosidad que ocurre con frecuencia en ciencia. Usted se habrá fijado que ha leído la palabra prooxidante y seguro que eso le ha llamado la atención. Estamos más familiarizados con el término antioxidante, que utilizamos como sinónimo de antienvejecimiento. Pues efectivamente, como ya habrá supuesto, los prooxidantes generan justo el efecto contrario; y, mira por dónde, también benefician la salud.

La historia, como digo, resulta cuando menos peculiar. El equipo de Lloyd Trotman se embarcó en 2021 en un gran ensayo bautizado como 'Select' y amparado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, que buscaba determinar si un suplemento de vitamina E antioxidante podía tratar o prevenir con éxito el cáncer de próstata. Participaron en aquella investigación nada menos que 35.000 voluntarios. Estaba previsto que se prolongara durante doce años, pero los resultados provisionales que comenzaron a verse pasados sólo tres obligaron a suspenderla...

Mejor al revés

La vitamina E no sólo no había logrado frenar o prevenir el cáncer, sino todo lo contrario. Hombres sanos habían comenzado a padecer la enfermedad. «Si un antioxidante falla, quizás un prooxidante nos permita lograr nuestro objetivo», pensó Trotman. Acertó. Probó en ratones en ratones un suplemento de vitamina K (menadiona) y descubrió que mata las células tumorales, al agotar un lípido, una grasa llamada PI(3)P, que funciona como una etiqueta de identificación del cáncer.

Último capítulo de la historia (de momento). El grupo de Trotman se ha propuesto probar su fórmula con hombres a los que se les practica una biopsia y se les diagnostica de forma temprana la enfermedad, que este mes de noviembre sirve para recordar su impacto. Cada año se diagnostica en España más de 33.000 casos y más de 6.000 muertes. No cuesta nada reforzar la dieta con verde.

La Sociedad Española de Oncología Médica recuerda que las dietas ricas en grasa animal y pobres en verduras favorecen la enfermedad, según explican los oncólogos a González del Alba y Ramón Aguado. Más lo de siempre:tabaco, falta de ejercicio... Cuídese. Feliz semana.