«Un pueblo, una nación sin memoria, no sobreviven»

–¿Qué tal el reencuentro gastronómico con Granada?

–Ha sido un redescubrimiento, desde la excelente ensaladilla del restaurante Qübba, junto al Hotel Saray, hasta los huevos rotos Manda Huevos, de La Cuchara de Carmela, con todo un diapasón de sabores, texturas y olores entre ambos.

–¿Echa de menos Cuba?

–Echo de menos a mis hijas, a mis amigos y a mis mascotas; los espacios que habitaba en mi ciudad y algunos ruidos; los rones del mediodía y mi balcón en las tardes.

–¿Qué es 'Cobre en la sangre'?

–Es un híbrido de novela histórica y negra. Surge a partir de las memorias de Félix Lunar, líder obrero en las minas de Riotinto a inicios del siglo XX y protagonista de la huelga de 1912 que dejará profundas huellas en la historia del lugar. Es una novela que propone a Félix Lunar en conflicto consigo mismo, el duelo entre el hombre bueno que era y los instintos de matar a sus antagonistas: el enemigo de clase, el dirigente sindical oportunista y el amigo que se corrompe y le traiciona. Una novela que tiene sus raíces en una etapa de la Historia de España y sus ramas en la historia de la explotación inglesa en la zona minera de Huelva. No es la vida de Félix Lunar, sino las angustias, sentimientos y batallas interiores de su versión como personaje novelesco.

–¿Qué importancia les concede a memoria y recuerdos?

–La literatura es un ejercicio de preservación de la memoria, la individual y la colectiva. Un escritor trabaja con esas memorias, las conserva, restaura y hasta transforma, como se puede hacer con un inmueble. Es que todas esas huellas son parte del edificio de La Vida. Un hombre sin memoria es nada. Un pueblo, una nación, un colectivo cualquiera sin memoria no sobrevive. Quizás la mejor virtud de ese Félix Lunar, el protagonista de la ficción titulada 'Cobre en la sangre', es ser un memorioso. Eso le salva, incluso después de su muerte.

–¿Y 'Cocina criminal cubana'?

–Es un viejo proyecto que tomó forma hace unos años en una primera edición. Sin embargo, por la dinámica de su asunto, el deterioro de las tradiciones culinarias y la alimentación en general en Cuba, debía ser actualizado, reescrito. Por eso me dediqué en los últimos meses a preparar esta nueva versión. Es un libro que resulta mucho más que un recetario de cocina: es un análisis sociológico y antropológico de la realidad cubana de las últimas décadas. Se dice que una persona es lo que come. Un país también, y en este caso podríamos decir que Cuba es, además, lo que no come o lo que no se le permite comer. Se puede comprar en la página de la librería y editorial HG, bajo cuyo sello se publicó: www.libreria-hg.com. O directamente en el Restaurante Apululu, Calle Viriato esquina con Medellín, en Chamberí, Madrid. Este restaurante fue el productor del libro, también del Festival de Literatura Negra Fantoches, que realizamos entre los días 3 y 7 de diciembre.

–¿Qué tipo de restaurante es Apululu?

–Apululu es uno de los restaurantes de cocina cubana más reconocidos de Madrid. Su dueño, Miguel Caballero, vino de Santa Clara; o sea, que somos de la misma ciudad. Él y su esposa, Ana Beatriz García, son una pareja de jóvenes emprendedores. Además del restaurante tienen un espacio que es galería de arte y sirve como sede al recién aprobado Club Sinergia Creativa.