Puntillitas plancha, de Bar FM

Eran 27 puntillitas. Las conté aquel día que no paramos de reír. Nos sentamos junto a la barra. ¿Te acuerdas? Y ahí empezó la juerga. Éramos niños en una feria de pueblo. Reflejados en las copas, nos dejamos llevar por la hondura de un sabor indescriptible. Las recuerdo templadas, delicadas y con un guiño lisonjero de buen aceite.

Espoleados por ellas continuamos correteando, traviesos, por el expositor del FM. Así hasta que nos frenaron en seco los límites del cuerpo humano. Entonces recibimos la cuenta: ¡Qué hostia! Ya estábamos otra vez. «Un día descarrilaré en la curva de tus caprichos», me dijiste.

–¿Entonces cuándo volvemos?

–Cuando quieras.