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pablo amate
Viernes, 4 de junio 2021, 00:07
Es la enseña motrileña. Así lo ratificó su alcaldesa, Luisa, en este Fitur 2021. La de Motril debe pescarse en el Mar de Alborán, cerca ... de unas pequeñas islas. Habría que dedicarle una plaza en la ciudad o cerca de la lonja, dado que ya tiene un restaurante en el que solo tienen la auténtica. Ya el nombre que le puso su dueño, Manolo Carrascosa, Kisquilla de Motril, es toda una cuestión de intenciones. Está situado junto al campo de golf y al lado de Los Moriscos, otro clásico de la zona. Su nombre científico es plesionika, crustáceo decápodo macruro. ¿Imaginan que Manolo Carrascosa le hubiese puesto ese nombre al restaurante?
La variedad que intenta conseguir una Denominación de Origen solo debería ser capturada en los alrededores autorizados de esa mítica isla, donde un destacamento de la Armada Española custodia permanentemente, dado que en toda la costa andaluza hay muchas capturas de muy parecidos especímenes. Algunas variedades son de Huelva, Chipiona, Isla Cristina o Puerto de Santa María; de esteros y en caños salados o la quisquilla de Marruecos. Y algunas más. Tendría que certificase por la DO la autenticidad y veracidad de que las quisquillas de Motril son de Alborán. Así, sí.
Siempre hay demanda. Me acuerdo mucho de Luis Oruezábal, de Chikito. Quería tener siempre de este marisco en su oferta diaria. Siempre amigo, me contaba los disparatados precios que llegaba alcanzar tan preciado marisco. Del latín 'quisquilia', significa menudencias (Barriuso, 1986). Su riqueza en biodiversidad está protegida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación como reserva marina y de pesca desde 1997.
No sé si verán mis ojos ese necesario tren rápido Granada–Motril. Soñemos, como el funicular a Sierra Nevada. Un artículo de IDEAL reflejaba el incremento y demanda de construcción de urbanizaciones, a precios tan coherentes, que los propios motrileños compran. Si el tren directo no fuese un sueño, ganarían Motril, la Costa Tropical y la capital nazarí. ¡Vamos a comer a la Costa! Haga la reserva. Y por el tren rápido da tiempo de una cervecita. En media hora estamos frente al mar degustando quisquillas o guisos marineros.
El placer de este luminoso local, manteles níveos y decoración mediterránea. Manolo lo alegra aún más en su expositor. Pescado fresco de nuestro litoral. Verídicos, de la lonja a la mesa. Ahora que podemos ir a nuestra Costa, apoye la hostelería local, que como todas, ha sufrido y padecen cierres sanitarios. La gama de arroces es sublime. Desde el caldoso con bogavante, que siempre cae otro 'golpe', a lo que desee. Cuídense.
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