Repaso por las diferentes jornadas gastronómicas de las próximas semanas

Bien entrados en marzo y a la espera de la llegada oficial de la primavera y de la Semana Santa, nuestros restaurantes siguen celebrando diferentes jornadas gastronómicas para concitar el interés de los comensales y ofrecer productos diferentes a los habituales.

Las jornadas y encuentros gastronómicos son una ocasión extraordinaria para disfrutar de una cocina diferente y original que sale de los caminos más trillados y habituales de los establecimientos de restauración, insuflando aire fresco a la propuesta culinaria de las próximas semanas.

Sea para aprovechar los productos de temporada a través de diferentes creaciones gastronómicas, sea para traer a nuestras mesas ingredientes novedosos y diferentes a los que estamos acostumbrados; las jornadas gastronómicas y los menús especiales son una oferta irrechazable para salir a comer y/o cenar fuera. Para celebrar. Para disfrutar. Para reunirse en torno a una buena mesa. Para descubrir. Para compartir.

Del 5 al 15 de marzo, Cala Restaurante, situado en la calle José Luis Pérez Pujadas, entre el Cubo de Bankia y el Centro Cultural CajaGranada Memoria de Andalucía, celebra sus II Jornadas dedicadas al arroz, sólo en el servicio de mediodía.

Le preguntamos a Samuel Cala por el objetivo de estas jornadas y nos señala que, para él, el arroz es uno de los ingredientes más importantes que tenemos. «Soy muy amante de los arroces y en Granada debemos potenciarlos. En mi carta tengo algunos de ellos, pero no pongo más por el tamaño de mi cocina. Así, aprovecho estas jornadas para potenciar este maravilloso producto que tenemos y darle una vuelta. Podremos probar el arroz en socarrat, meloso, arroz seco… Vamos a darle puntos distintos y con ingredientes de aquí de la tierra. Queremos que el público disfrute de diferentes tipos de arroces y de las mezclas que podamos hacer, entre ortiguillas, erizos o simplemente un risotto de vaca pajuna con una trufa y una mantequilla Café París o el mismo pichón de Bresse francés». Hay siete tipos de arroces en estas jornadas.

En El Gallo de Nívar, una vez terminada la temporada de calçots, asados directamente en las llamas de su gran chimenea, llega el mes de los cachopos, una de sus especialidades más reconocidas.

A la espera de que haga su aparición en las redes Cachopomán, convertido en un clásico de la comunicación gastronómica más cómica y desenfadada, en El Gallo ya se están empleando a fondo con el tradicional (y contundente) plato de la cocina asturiana, que se podrá disfrutar durante todo marzo.

El cachopo está conformado por dos filetes de ternera grandes, entre los que se introduce un relleno de jamón serrano y queso. Se empana en huevo, harina y pan rallado y se fríe en aceite de oliva. Se recomienda comer muy caliente, acompañado de guarnición de patatas y, como lo sirven en El Gallo, con pimientos, tanto los rojos del piquillo como los verdes del Padrón, piquen o no.

Se trata de una propuesta energética no apta para gente timorata ni melindrosa. Una oferta que pone a prueba la capacidad de ingesta de los valientes y arrojados comensales que se decidan a probar el mítico cachopo.

El restaurante Asador de Aguilera, ubicado en el alboloteño Polígono de Juncaril, celebra su VII Encuentro Gastronómico dedicado al lechazo de Aranda. Se repartirá entre los días 15 y 16 y 22 y 23 de marzo.

En palabras del cocinero y analista gastronómico Tony Parra, estos encuentros permiten disfrutar de una carne que cuenta con su Indicación Geográfica Protegida (IGP) que garantiza su alta calidad. En concreto, el lechazo de Aranda es un cordero que pertenece a la variedad churra, que sólo ha probado leche materna y cuya madre se alimenta exclusivamente de rastrojos de cereal y vegetación natural, incluidas plantas aromáticas como el tomillo y romero, que transmiten sus esencias a través de la lactancia a los pequeños lechazos.

El menú que propone el Asador de Aguilera está conformado por morcilla de Burgos, mollejas al Jerez y ensalada verde para abrir boca; el lechazo de Aranda al horno como plato principal y un hojaldre de crema o arroz con leche para rematar.

Tal y como señala Ángel Manuel Gálvez, chef del Asador de Aguilera, se trata de un encuentro pensado para saborear un menú castellano sencillo, pero perfecto y repleto de sabor. Porque en muchas ocasiones, en lo sencillo se encuentra la pureza de lo exquisito, lo que invita a volver al origen de los recursos, de los que tan orgullosos debemos sentirnos.

Para Tony Parra, estos Encuentros también tienen como objetivo mostrar el alto nivel gastronómico y el buen hacer del Ángel Manuel Gálvez como maestro asador, que demuestra su perfecto control en las técnicas de los asados en horno de leña.