Restaurante Alejandro, del mar al plato

Lo primero que prepararon los cocineros fue unas gachas con cazón en adobo y caldo de pimentón con el que imprimieron una vuelta creativa a uno de los platos por antonomasia del recetario tradicional almeriense. El toque especial de Restaurante Alejandro fue añadirle un cazón en adobo que hicieron laminándolo e introduciéndole una picada de perejil, almendra y pan. Se enrolla y se cocina al vacío para terminar rebozando y friendo con harina de maíz y de garbanzo. Lo terminaron con un brote de sisho verde para darle un toque de frescor.

El siguiente plato fue otro clásico de Almería: los gurullos, una pasta del siglo XI que prepararon con jibia y con ortiguillas de mar, por estar en el puerto. Lo remataron con unos puntitos de emulsión de ajonegro y otros puntitos de alioli de ajo escalivado, terminándolo con un brote de cordifole que, con su verde intenso, le aportó cromatismo y vivacidad.

En Restaurante Alejandro remataron el showcooking con un pescado muy especial: el gromo con escabeche y algas. Se trata de un pescado singular, blanco y habitualmente de descarte que, bien cocinado, resulta muy jugoso. Eso sí, resulta difícil de trabajar, dado que tiene una piel y unas espinas muy duras. Una vez liberado de ellas, deja una carne tierna y jugosa.

Prepararon un escabeche típico de las zonas marinas, de color amarillo, y se añadió una alga de musgo estrellado, de intenso color rojo, y espagueti de mar. El pescado se preparó directamente a la plancha y se terminó con un brote de hinojo, resultando un plato pleno de colorido, aroma y sabor.

Tres ejemplos de la cocina de Restaurante Alejandro, con su pasión por reinterpretar la cocina clásica y popular de Almería a través de las técnicas de vanguardia.