Entre salmonetes y Michael Jordan

Cumplí con mis buenos propósitos y el pasado sábado estuve en El Farillo, chiringuito de Calahonda, dando buena cuenta de unos salmonetes espetados, bien gordos, jugosos y sabrosos; y de alguna otra sorpresilla que Carlos Rodríguez nos tenía reservada. Fue un sábado raro. Estaba nublado y soplaba el Poniente. A la sombra de la sombrilla y a pesar de ser verano, hacía fresco. Más que una ensaladilla, apetecía un caldo caliente de pescado. Aun así, El Farillo estaba petado, como es costumbre y casi menester.

El aguacate con tomate del terreno y cebolleta y unas migas dieron paso a sendos espetos de salmonetes y, primera sorpresa, de boquerones. Cuatro salmonetes de gran tamaño, carnosos y exquisitos. Y los boquerones, también de gran tamaño, sabrosos y suculentos. Es la primera vez que los como a la brasa y, desde luego, no será la última. ¡Enhorabuena al maestro espetero de El Farillo! Manolo Prieto, popularmente conocido como Faucha, es oriundo de Calahonda y con su buen hacer con las brasas, contribuye a elevar el nivel gastronómico de la Costa Tropical.

Rematamos la comida con un pulpo crujiente con patata confitada al romero, crujiente de frutos secos y salsa de alioli de pimiento rojo que, como buen amante de los cefalópodos que soy, me supo a gloria. En este caso, el crédito es para la chef Toñi Rosada. Y no olvidemos el postre: un suculento mango de Motril a pelo. El mango está de temporada y es una fruta que, en nuestra Costa Tropical y en el resto de la provincia, debería ser de consumo preceptivo.

Me hubiera gustado quedarme una semana más en La Chucha y rendir visita a otros establecimientos de referencia, como El Conjuro y El Embarcadero, por los que (inconcebiblemente) no he pasado este verano tan extraño, pero no ha habido manera. Así las cosas: ¿qué hacer de cara al fin de semana? ¿Bajarse de nuevo a la playa y seguir entregado al pescado o darle el carpetazo definitivo al verano gastronómico y celebrar una rentrée como Dios manda?

De momento y para celebrar la vuelta a Granada capital, nos fuimos al Memento Mori a celebrar. Abrimos con unas patatas bravas y… ¡por fin pudimos probar los tacos de cochinita pibil! Una delicia. Repetimos el falso risotto de puntalette meloso con pato, champiñón portobello y katsuobushi y cambié el postre por un cóctel muy baloncestístico, como corresponde en tiempos de Eurobásket: el Michael Jordan, al que ya le había echado el ojo en mi anterior visita al local de moda de este verano granadino. Es goloso, que hablamos de una combinación de whisky, Baileys, coco y licor de almendra. Me dejó un inmejorable sabor de boca.

Ojo a mañana: El Santo, restaurante mexicano de la zona de Palacio de Deportes, hace una fiesta de fin de verano que se promete de lo más divertida, con la cantante Jenny Tinten, a capella y el DJ Paco Andanada. Sus platos mexicanos están muy bien y el inmenso mural de Frida Kahlo le da luz y color al local.

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