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Cocina asturiana, detalle del retrato de doña María Teresa Álvarez Terrero, una obra de 1804. R. C.
Gastrohistorias

Las de la sartén por el mango

Por obligación o devoción la cocina fue terreno de las mujeres. Reinas y esclavas del fogón, su papel se aprecia cada vez más

Ana Vega Pérez de Arlucea

Viernes, 24 de septiembre 2021, 01:15

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La cocina fue hasta hace poco tiempo el espacio más importante de las casas, especialmente en el entorno rural. En ella se hacía la comida, ... se elaboraba el pan y la manteca, se guardaban los alimentos, se comía, se bebía, se cosía la ropa y se preparaba la colada. Al calor del fuego (en muchas ocasiones, el único que había en toda la casa) se reunía la familia, se contaban cuentos, historias y cotilleos; allí mismo se leía, se oía la radio, se rezaba. En algunas cocinas asomaban el hocico las vacas desde la contigua cuadra, en otras había un gallinero debajo del banco de madera. En muchas había catres para dormir, engendrar, parir, soñar y, por qué no, también para morir. La vida solía ser un círculo que comenzaba y finalizaba sobre un jergón junto a perolas y brasas.

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