Una alimentación sana y natural, con la supervisión de los nutricionistas y preparada por Ibagar, es parte del éxito del CB Granada-Covirán. Pepe Marín
Nutrición y deporte

Ibagar y Fundación CB Granada: triples y bandejas con sabor

Parte del éxito del Covirán Granada en estos dos últimos años también está en la profesionalización de la alimentación de los jugadores, con un plan diseñado por cuatro especialistas en nutrición deportiva

Jesús Lens

Granada

Viernes, 24 de febrero 2023, 00:29

Escuchaba la conversación entre Miguel Ángel Ibáñez y Óscar Fernández-Arenas a pie de pista, mientras los jugadores del CB Granada-Covirán comenzaban su entrenamiento, ... y solo faltó que apareciera el mítico Hannibal Smith, sonrisa en ristre, diciendo aquello de «Me encanta que los planes salgan bien». Habíamos quedado con Pere Tomàs, uno de los líderes del equipo, para hablar de nutrición deportiva. Y con el citado Miguel Ángel, gerente de Ibagar y encargado del servicio de alimentación del equipo. Aprovechando la presencia de Óscar, presidente del club, les pregunté cómo surgió la idea para esta colaboración. Y resulta que fue poco menos que mágica, una mezcla de casualidad y causalidad de lo más interesante.

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Hace dos años, al terminar la temporada, Óscar tenía claro que la nutrición era esencial para dar un paso adelante en la profesionalización del club. Sabía que algo tenía que hacer, pero no daba con la tecla. Miguel Ángel, por su parte, buen aficionado al baloncesto, terminaba de ultimar una propuesta para el equipo de sus amores. En Ibagar tienen un departamento dedicado a nutrición especializada para diferentes colectivos y le llevó a Óscar una de esas ofertas que no se pueden rechazar.

«Confieso que no se me había ocurrido», explica Óscar. «La propuesta de Ibagar lo hacía todo fácil. Cada día nos traen bandejas individualizadas para cada jugador, ya emplatadas, que estos recogen al terminar el entrenamiento. Se depositan en una nevera en las oficinas, ellos se las llevan a casa y lo único que tienen que hacer es calentar los platos. Una pasada».

Óscar Fernández, Pere Tomàs y Miguel Ángel Ibáñez. Pepe Marín

Pere Tomàs, como el resto de los jugadores, está encantado con el sistema. «En Granada es el primer sitio donde lo he probado y es excelente. En otros equipos había acuerdos con restaurantes y, aunque nos trataban bien y rápido, no es lo mismo. Así tenemos toda la comodidad y facilidad, no perdemos tiempo y la comida es buenísima».

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Miguel Ángel Ibáñez relata que fue fácil llegar a un acuerdo. «En el club existía inquietud y preocupación de que los jugadores tuvieran una nutición adaptada a los entrenamientos y al esfuerzo… ¡y gracias a este sistema se consiguió el ascenso!», señala con buen humor y entre risas cómplices. En la propuesta de Ibagar se hacen guiños a la cocina granadina y se cuenta con proveedores locales. «Es una apuesta por el territorio».

En el diseño de los menús participan dos servicios científicos especializados. Por una parte están el médico y el preparador físico del equipo, Manuel Arroyo y Sergio Sánchez 'Pinzas', respectivamente. Ellos conocen al milímetro las necesidades nutricionales de sus pupilos de acuerdo a su estatura y peso y controlan su estado físico día a día. 'Pinzas' le manda a Arroyo la carga de trabajo semanal del equipo, dividida por días, y en función de eso, el médico prepara un plan de nutrición diario y personalizado para cada jugador que le traslada a Ibagar. Si lunes y martes la carga de trabajo es menor, Manuel Arroyo pide un menú menos calórico. Si toca darles caña a los chavales, habrá alimentos más contundentes. Si alguno de ellos necesita perder algo de peso, o ganarlo… todo escrupulosamente medido.

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Trabajo en equipo

En el diseño de los menús participan dos servicios científicos especializados

Con la propuesta semanal que reciben en Ibagar entran en juego Marina Blanca, tecnóloga de los alimentos, y Andrea Pitto, técnica superior en dietética y experta en nutrición deportiva. Son ellas las encargadas de convertir en una comida rica, sana, variada y apetitosa los requerimientos del club.

Hasta aquí la teoría. Le preguntamos a Pere Tomàs por los resultados prácticos y se muestra encantado. ¿Lo que más le gusta? «Los guisos y platos de cuchareo. Potajes y garbanzos. ¡Los hacen muy bien!».

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A la hora de preparar los menús, a principio de la temporada se consensuó con los jugadores extranjeros, a quienes es importante integrar en el equipo también desde un punto de vista gastronómico. «Aunque la pasta y el pollo son parte esencial de los menús, hay mucha variedad, alternando con legumbres, carne y pescado», señala Tomàs. ¿Y dulces? «¡Nada! ¡Cero! (Risas). Hay mucha fruta siempre a nuestra disposición. Echo de menos el dulce, no voy a mentir, pero de vez en cuando nos damos un capricho al acabar los partidos».

Plan

Cuando el equipo juega fuera, Manuel Arroyo contacta con los hoteles donde van a pernoctar y cierra con ellos el menú y el horario de las comida

En ese sentido, en el CB Granada-Covirán tienen una tradición que permite aliviar lo espartano de la alimentación. Un día a la semana, al terminar el entrenamiento, jugadores y técnicos lanzan desde el centro del campo. Los tres que quedan sin encestar, pagan unas cañas en alguno de los bares aledaños al Palacio de los Deportes. «Es una forma de socializar y crear buen ambiente. De hacer equipo», señala Tomàs. Siendo malillos, ¿qué va a decir él, consumado lanzador acostumbrado a convivir con los triples más letales? «Es cierto que, hasta ahora, no me ha tocado pagar. Tengo buena mano desde el centro del campo», reconoce con buen humor.

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Cuando el equipo juega fuera, Manuel Arroyo contacta con los hoteles donde van a pernoctar y cierra con ellos el menú y el horario de las comidas. Eso sí, una vez terminado el partido, sí hay algo más de manga ancha para que cada jugador se salga del guion escrito.

El cuerpo técnico empieza a reclamar la presencia de Pere Tomás sobre el parqué. Antes de despedirnos, una pregunta nostálgica. ¿Echa de menos la comida de sus Baleares natales? «¡Las ensaimadas, que tengo un tío pastelero! Y las paellas de mi padre, que nunca faltan en verano. Por suerte tengo buena genética y, aunque me cuido en las vacaciones, me puedo permitir relajarme con las comidas. ¡Y la sobrasada, que la auténtica es muy difícil de encontrar!». Antes de despedirse, nos deleita con una exquisita entrada a canasta en forma de bandeja. ¡Pura elegancia!

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