La llegada de nuevos –y no tan nuevos– locales con clara influencia americana se hace patente con tan sólo 'clickar' en la pestaña de comida de estilo estadounidense que las plataformas de comida a domicilio ofrecen por Internet. La variedad es amplia y, aunque muchos de los restaurantes que en ellas encontramos no son exclusivamente americanos, sí ofertan productos de este corte en sus cartas. Y es que es difícil no sucumbir al icono omnipresente de este tipo de cocina, la hamburguesa, un plato que ha sido recurrente en la dieta cotidiana de generaciones de jóvenes y que forma parte de su cultura gastronómica actual.
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El 6 de julio de 1979 el periódico ABC ya publicó un artículo bajo el titular «La hamburguesa: Una colonización que no cesa». Sin embargo, las primeras hamburguesas llegaron a la península 22 años antes, en el año 1957, época en la que se inauguró la base militar de Torrejón de Ardoz poblada de tropas estadounidenses fueron las que dieron el pistoletazo de salida a una 'invasión' duradera. Entre las grandes marcas conquistadoras, la primera en llegar a territorio ibérico fue Burger King en el año 1975, pero la capital nacional acogió su primera hamburguesería, Don Oso, un par de años antes. De todos modos, no parece que fuese el primer establecimientos de hamburguesas en nuestro país, ya que como publicó Javier Sánchez hace un par de años en Vanity Fair, la primera hamburguesería de la que se tiene constancia abrió sus puertas en Barcelona alrededor de 1965 bajo el nombre del entrañable personaje secundario de Popeye El Marino que tanto amaba este suculento plato, Wimpy.
Pero hay vida en la cocina norteamericana tras las hamburguesas, desde los perritos y los sándwiches, que con certeza fueron los primeros en llegar a nuestras fronteras encontrando cabida en las cartas informales de las cafeterías de mediados de los años 50, hasta las costillas, las alitas o los populares aros de cebolla que con frecuencia se encuentran entre los snacks o aperitivos. En este sentido, el primer gigante en llegar a España fue Foster's Hollywood con sus recetas 'made in' EE.UU. en el año 1971. Desde entonces la llegada de sabores y recetas estadounidenses no cesa, tal y como ya advertía aquel titular de 1979.
En Granada sucumbir a los sabores de una buena hamburguesa no es complicado, y no hay más que pasear por una de las más recientes líneas que abrió Serafín, segunda generación de cocineros, con Sancho Casual Burger, para poder apreciarlo. En su carta, más de una decena de variedades que en muchas ocasiones adapta a los gustos locales. Es más, incorpora ingredientes y materia prima de kilómetro cero para ejemplificar como pocos la fusión de influencias americanas con los sabores más castizos de la provincia. Entre sus variedades más primigenias, la hamburguesa Manhattan Vip, que atesora buena parte de la esencia estadounidense entre sus panes.
Si de hamburguesas hablamos, uno de los recién llegados a la capital parece merecer mención por una pequeña joya que guarda en su interior, o más bien en su cocina. Hablamos de Triple-B Burger, que nace bajo el amparo de un granadino criado entre Estados Unidos, Inglaterra y Australia cuya abuela estadounidense le desveló algún que otro secreto de alma americana, como es el caso de la cuarta generación de su receta de salsa barbacoa. Recién aterrizados, pues abrieron a principios de año, se definen por una carta centrada en las hamburguesas con mucha esencia estadounidense. Junto a ellos, en el embriagador barrio del Realejo, Los Bandíos, quienes defienden sus carnes bajo la elaboración de un horno americano cuyo combustible, roble, llega importado desde el continente trasatlántico es otro claro ejemplo de esta asentada corriente culinaria. Igualmente destacable son los cocineros del bar 'pin up' de Pedro Antonio, Bronx Dinner, que defiende una carta y estética centrada en los bares típicos de los años 40 donde además de las populares pop-up o palomitas se puede degustar sabores típicamente americanos. New Burger es otra parada a anotar. Por supuesto, si de 'american food style' hablamos, Five Guy's debe estar presente entre las opciones a saborear.
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Abrieron sus puertas hace tan sólo un par de meses, pero su estilo actual, desenfadado y concienzudamente ambientado en las hamburgueserías de los años 40 norteamericanas han resultado un atractivo irresistible para muchos granadinos y estudiantes que buscan experiencias diferentes. Sus sillones corridos de cuero rojo, sus palomiteros para dar la bienvenida a cada cliente, sus máquinas de refresco y su oferta enmarca una visita casi a otra época. En su carta radica su mayor éxito, alitas de pollo, costillas, bocadillos, hamburguesas y materia prima de calidad, tras las expertas manos del joven Javier Aguilera.
Su mayor secreto es su inestimable horno y la cocción de sus carnes. La carne a baja temperatura es uno de sus sellos, siempre con el toque ahumado de típico de las brasas estadounidenses. En el horno, eje de su cocina, sólo entra madera de nogal americano para avivar el fuego y los toques ahumados característicos. Tres jóvenes viajeros tras la idea de este pequeño pero exquisito rincón del barrio del Realejo. Más allá de sus costillas o alitas, los bocadillos son su punto fuerte, exóticos, con mucho sabor y con una elaboración compleja bien equilibrada hacen de su carta, concreta y concentrada, una opción digna de elogios.
Tras este concurrido punto de encuentro para amantes de las hamburguesas, la trayectoria de una familia asentada en la hostelería granadina en pleno centro. Con este nuevo concepto se acercaron a la idea gourmet en un formato gamberro y extranjero, que requería de algo de cariño y toques granadinos para la aceptación y reivindicación de un bocado de carne suculento con matices de la tierra. Con una carta amplia en la que se ven reflejados los más puros instintos carnívoros de los amantes de la comida norteamericana, recogen bien los gustos de casi todos.
Con una estética que evoca a recuerdos americanos en cada rincón, este bar que combina las tapas de esencia estadounidense dirigidas por un granadino, José Antonio Ranea, cocinero de alma viajera que conoce bien los entresijos de los bocados propios del gigante trasatlántico, ha fusionado el alma de las tapas tan recurrentes en el sentir granadino con los sabores, salsas, picantes y bocados reconocibles de norte América. Entre sus imprescindibles la hamburguesa gourmet o la sweet burger con queso de cabra, cebolla caramelizada, mermelada de frambuesa y palitos de mozzarella fritos. Entre sus snacks, aros de cebolla y hot dogs.
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