Por las serranías de Ronda, gastronomía singular y bandoleros
Pablo Amate
Jueves, 17 de julio 2025, 21:15
Este espacio se llama desde siempre 'Destinos con sabor'. Los hoteles y gran parte de la hostelería han subido, según datos de Antena 3. Si bien estos datos de A3 indicaban que veranear este año en ciertos países extranjeros es más barato. Si este informe se corrobora, quizás se nos vayan muchos españoles a destinos foráneos, por singularidad y precio, dejando de ingresar las arcas españolas esos dineros patrios. Compensados con creces por el aumento de turistas extranjeros, que cada año aumentan en cantidad de ocupaciones, a veces no asumibles por el destino elegido: Baleares, Canarias, Levante o Andalucía. Creo que nuestros hoteles y restaurantes se han visto atrapados entre la euforia y la subida de materias primas para encarecer sus precios, siendo igual de cortos para los empleados del gremio.
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La ruta de José María
José María era 'El Tempranillo', bandolero que atemorizó las comarcas serranas. Pongamos que salimos de Granada o Andalucía Oriental. Tomar la A-92 hasta el cruce de Antequera. De allí, en carretera comarcal vamos hacia Campillos. Un generoso y pantagruélico desayuno nos espera. Tostadas de molletes, untados con zurrapas, manteca colorá o manteca de cerdo. Sin olvidar las notables con aceite de oliva virgen extra, tomate 'restregao' con panceta ibérica o paleta de cerdo veteada. El Puente Nuevo de Ronda se construyó entre 1759 y 1793, más de tres décadas. Se considera una obra maestra de ingeniería. Mide 98 metros de altura y 70 metros de longitud. Pese a sus dimensiones, el puente parece un elemento natural de la roca. El color se diluye con el de las paredes del acantilado. El material utilizado se extrajo del fondo de la garganta del río. Así se consiguió un efecto mímesis.
El puente nuevo
Ronda estaba separada en dos barrios. Y para unirlos definitivamente se construyó una gran obra que aún admira a todos los que lo cruzan. El Tajo de Ronda sigue envuelto en mitos y leyendas. Cuentan que el propio arquitecto que lo construyó, Aldehuela, creador del Puente Nuevo, murió al arrojarse al Tajo de Ronda desde el puente. Aunque es solo tan sólo es una leyenda.
La estancia secreta
No lo ha sido tanto. En el centro del arco del puente se ve hoy desde fuera un gran ventanal cerrado. Llegó a ser prisión y hasta la más singular taberna ventera. Yo voy mucho a Ronda por gusto. Y en uno de mis viajes vi que estaba abierta al público, al que se accedía por un sendero peligroso. Y tomé un incipiente y buen vino tinto rondeño. Tuve esa oportunidad que no ha vuelto a repetirse. Seguiremos en rutas.
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