Gastrobitácora

El Summum de las aperturas

Si conocen ustedes la Sevilla cocineril más tradicional habrán oído hablar de las abacerías. Son tiendas, puestos o colmados más o menos pequeños en los que se vende, al por menor, todo tipo de legumbres, chacinas, aceite, vinagre, bacalao… En algunas de ellas, además, se puede degustar el producto, acompañándolo de vino o cerveza, hasta el punto de que no termina de estar claro si son más tienda que taberna o viceversa.

Summum, que abrió sus puertas en pleno puente de la Inmaculada Constitución, bebe de esa filosofía y es mitad bar, mitad tienda. Tiene una carta muy interesante en la que conviven el lateo más selecto, productos premium y exquisitas chacinas y embutidos con platos de cuchareo y recetas exclusivas. Con decirles que estuve por pedir unas lentejas… ¡Se lo juro! Y voluntariamente. Creo que jamás en mi vida he pedido lentejas fuera de casa, desde los tiempos del comedor escolar. Pero fue ver que había lentejas al curry con chorizo ahumado… Como era festivo, no había. Las cambiamos por una exquisita carrillera al PX, eso sí. Antes pedimos unos corazones de alcachofa con papada ibérica que se terminan en mesa, aplicándoles el calor de un soplete, y la pastela moruna de pollo y pistacho.

En la carta de Summum hay ibéricos variados, chacinas con denominación de origen como la cecina suprema de León y diferentes quesos, tanto españoles, como el payoyo de Cádiz, y europeos. Y, por supuesto, de Las RRR de Maracena, que no puede faltar. El lateo gourmet incluye mejillones gigantes, berberechos gallegos y diferentes modalidades de sardinillas, ventrescas y calamares así como las famosas anchoas cantábricas. Hay patés, buenas aceitunas, melva y ventresca de bonito con su tomate rosa, mojama… Un no parar.

Para beber, tiramos de vermú y manzanilla, aunque estuvimos tentados de pedir alguna de las Numeradas de Cervezas Alhambra, que su frigorífico es toda una invitación a entregarse, también, al placer y al sabor de otros tipos de birra.

Y, como les decía, de todo ello se puede uno llevar a casa, para disfrutar en el calor del hogar, bien regado y en la mejor compañía. Eso sí: pienso volver para probar alguno de sus platos de cuchareo en días más tranquilos, que el Puente estaba todo en centro petado y suerte tuvimos de encontrar un par de banquetas altas en Summum. Las fabes con berberechos y piparras y el canelón de guiso de rabo de toro con velouté de Oporto tienen una pintaza. O el solomillo a la andaluza, que tan bien le va a un establecimiento de estas características.

Como venimos diciendo, qué alegría constatar que la Granada gastronómica no deja de expandirse, con aperturas de sitios nuevos como Summum, cuya cocina non stop promete darnos muchas y variadas alegrías en el futuro inmediato.