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Todo comenzó con una conversación por guasap:
—¿Te gusta el vino?
—Claro.
Era viernes y el escritor cubano Leonardo Padura se encontraba en Granada para presentar su novela más reciente, 'Personas decentes', publicada por la editorial Tusquets, en la Librería Picasso. Tras dos horas de conversación y firma de libros, el Premio Princesa de Asturias de las Letras y su mujer, la guionista Lucía López Coll, fueron a La Brujidera, la popular Casa de Vinos del Realejo, con un pequeño grupo de lectores, tanto de Granada como de fuera.
Allí esperaba Luis Alberto Montes, dueño del establecimiento, que no tardó en descorchar una botella de Vertijana 3, una de las joyas de Bodegas Vertijana. Se trata de un vino ecológico, 12 meses en barrica, elaborado con cuatro tipos de uva: Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot.
A partir de ahí, por las mesas de La Brujidera pasaron productos de Granada y de fuera mientras se iban descorchando más botellas de un vino que causó sensación. Jamón alpujarreño cortado con tanta fineza como delicadeza, lomo y chorizos ibéricos y patés. Un excepcional queso de cabra también de Granada con una cebolla caramelizada especial, hecha por el equipo de La Brujidera; y una soberbia cecina de buey de Valles del Esla, en León.
Cuando La Brujidera se fue quedando más tranquila, Luis se sentó a la mesa y contó algunas particularidades tanto de la bodega de Polícar como de García de Verdevique, con cuyo Brut Nature se brindó para cerrar la velada, y de otros vinos de Granada.
En un momento de la conversación, alguien le preguntó a Padura si se hacía vino en Cuba. El novelista explicó que se han hecho algunos intentos, pero infructuosos. Al final de la velada, tras la conversación con Luis, señaló que el vino es toda una cultura, como se había demostrado ampliamente, y que en Cuba era mejor seguir dedicándose a los rones, donde son auténticos maestros, dejando los vinos para países como España.
«Estoy encantado con los vinos de Granada, el ambiente de La Brujidera, la conversación y la sabiduría vitivinícola de Luis. ¡Mi admiración por él», dijo Leonardo Padura al final de la reunión.
Luis Alberto Montes, por su parte, estaba encantado de recibir en su casa a un escritor de ese calibre. «Es un orgullo para nosotros y una suerte el aprender con cada uno de los comentarios de Leonardo. Y sobre todo, descubrir con entusiasmo a una persona llana y humilde. En un entorno bohemio, con la ayuda de los vinos de Granada, se saborea de la mejor forma la cultura y la amistad», remató.
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