

Secciones
Servicios
Destacamos
Jesús Lens
Granada
Viernes, 18 de junio 2021
Estábamos llegando a un cruce de caminos. «Tú decides: ¿bajamos a la Salobreña a comer un pescado o subimos a Pampaneira por un plato alpujarreño?». ... Eran cerca de las dos de la tarde del sábado y Antonio López y yo llevábamos quemando kilómetros desde el amanecer. Nuestro objetivo principal: conocer un viñedo muy especial, del que hablaremos la semana que viene largo y tendido. El objetivo secundario, pero no por ello menos importante: hablar y comer. Mucho bien. En ambas disciplinas.
La primera parada la hicimos en la Venta El Buñuelo, a la salida de Lanjarón. Cuando llegamos justo estaban abriendo. Tuvimos ocasión de asomarnos a su majestuoso ventanal y disfrutar de un exquisito chocolate y su correspondiente par de buñuelos fritos. Por barba.
A esa Venta le tengo un cariño especial porque regalaba vasos de limonada a los corredores que participábamos en la mítica Órgiva-Lanjarón-Órgiva del Circuito de Fondo de Diputación. Era mi carrera favorita, dura como ella sola, pero bonita a reventar. Ni agua ni bebidas isotónicas: la limonada de El Buñuelo era el mejor revulsivo. Detalles como ese hacen que uno fidelice afectos por determinados establecimientos.
Noticia Relacionada
Como desayunamos temprano, a media mañana hicimos un primer y somero almuerzo. En otra Venta. En este caso, la del Tarugo, entre Cádiar y Albondón. Un buen plato de jamón y una copa de vino, lo mejor para andar el camino. Entonces llegamos a la dicotomía: ¿playa o montaña? Como la cabra tira para el monte, optamos por meterle un chute de colesterol al cuerpo en la fresca y acogedora terraza de Casa Diego, en Pampaneira. Y un gazpacho, para rebajar. Para quienes nos gusta comer mucho, bien y de forma contundente, La Alpujarra es un tesoro.
Hablemos de la tapa, auténtica historia interminable de la gastronomía granadina. Gregorio García, el presidente de los hosteleros, ha iniciado su nuevo mandato anunciando un foro de análisis y reflexión sobre el tema. Porque se habla mucho de la tapa. Quizá demasiado. Pero no tanto sobre la tapa. ¿Ha llegado la hora de plantearse su futuro? El marco no pudo ser más idóneo: el acto de entrega de premios del concurso Granada de Tapas Gastronómicas de Cervezas Alhambra, bautizado con el nombre de Luis Oruezábal.
Si algo estoy constando en las conversaciones al calor de una cerveza de estas últimas semanas es que una inmensa mayoría está a favor de una tapa en la que prime la calidad por encima de la cantidad. Que sirva para probar cosas diferentes, no para ponerse morado de comer. Pero eso implica un cambio de mentalidad.
Un caso típico: te sientas, pides la bebida y te ponen una tapa. Te gusta, consultas la carta para pedir algo de comer… ¡y todo son platos y raciones! En el mejor de los casos, medias raciones. Y aun así, tres croquetones por barba, por ejemplo, es un poco excesivo, ¿no les parece? Pues en muchos sitios no hay manera. O te comes un plato de boquerones fritos entero y verdadero, por seguir con la hipótesis, o sigues con las tapas de la casa.
Cada vez estoy más a favor de una carta de tapas de calidad, amplia y variada, que permita disfrutar de productos diversos con cada vino o cerveza. De pago y que sirva para probar varias especialidades del establecimiento. Que comer de tapas en Granada no sea sinónimo de hartarse de comida de batalla, teóricamente gratis.
Como hay que predicar con el ejemplo y a pesar de haberme desayunado ocho tapas extraordinarias esa misma mañana, el viernes pasamos por dos de los bares finalistas del concurso de Cervezas Alhambra: Picoteca 3 Maneras y Gastrobar Qübba. Cuando algo me gusta, hago lo posible por que mi gente lo conozca y lo disfrute. Y tanto había dado la vara con la final de tapas que me pareció justo retratarme e ir a probarlas, in situ, en vivo y en directo.
Cayeron 'La Vega en tu mano' y 'Y se fuet pa la costa'. La primera es un combinado de habas, alcachofas y espárragos en tempura y, la segunda y a la postre ganadora del concurso, un trampantojo a base de quisquilla, pulpo, almejas, tomate rebelión, aguacate y mango. Todo ello acompañado de una salaílla crujiente de aceituna aliñada. Seguiremos buscando tapas de calidad en nuestros bares, mientras llega el foro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.