Irene Galindo defiende la cocina tradicional en El Claustro del Hotel Santa Paula. Pepe Marín
Una Alhambra con | Irene Galindo, gastro.viajera

«Hay que trabajar más la gastronomía del Geoparque»

A punto de comenzar una nueva ruta gastro-viajera, hablamos con Irene Galindo de congresos gastronómicos, productores, terruño y recetas familiares

Jesús Lens

Granada

Viernes, 1 de diciembre 2023, 00:01

Conocí a Irene Galindo, granadina de Guadix, en San SebastiánGastronomika. Habíamos asistido a una charla de cocineros andaluces con estrella Michelin, pidió la palabra y, después de felicitar a Juanlu Fernández y Juan Aceituno, hizo una encendida defensa de los productos andaluces y de la importancia de que nuestros mejores cocineros los usen, los luzcan y presuman de ellos, sacándoles el mejor partido. Trabaja en Guadix en una empresa de atención a personas mayores o con discapacidad y, siempre que puede, viaja y comparte sus experiencias a través de su perfil en Instagram, Gastro.viajera. Unas semanas después de SSG quedamos en El Claustro, el restaurante del hotel Santa Paula, para hablar de todo ello. Por ahí arrancamos la conversación.

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–¿Por qué, El Claustro?

–Por un doble motivo. El primero, patrimonial. Me encanta que sea un antiguo convento rehabilitado, lo que demuestra que recuperar este tipo de edificios es posible y rentable desde un punto de vista turístico. Y por su gastronomía. Su menú se elabora con productos de Granada y puedes probar platos de toda la provincia, desde la Costa Tropical a la Zona Norte, el Poniente, la vega... No conozco otra idea así en Granada y permite que los turistas se lleven una noción de una gastronomía con raíces, diferente a la habitual.

–¿Prefiere usted la gastronomía moderna o la tradicional?

–En casa preparo de todo, pero las recetas que comparto a través de mi cuenta de Instagram son siempre las familiares, las basadas en el recetario tradicional y que se hacen con productos de la tierra.

–¿Por qué esa decisión?

–Porque sobre las novedades o los platos de moda ya hay mucho por ahí y no creo que yo fuera a aportar nada original ni diferente. Además de que tengo mucho que aprender. Sin embargo, al difundir el producto local, pienso que se ayuda a la gente de la comarca, que hace mucha falta. Es importante dar a conocer el producto del terruño y recordar que detrás que cada DO o IGP hay un gran trabajo y de mucho tiempo de agricultores, ganaderos y pescadores.

–¿Y qué tal el impulso turístico que el Geoparque ha dado a la comarca?

–Muy importante, aunque todavía es un turismo 'ecofriendly' y para nada masivo. Es curioso que aquí no lo valorábamos en su justa medida, quizá por verlo ahí todos los días. La parte gastronómica se puede trabajar más. El trabajo con el cordero segureño es estupendo, pero habría que recuperar guisos más olvidados, por ejemplo.

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–¿Qué aporta esa cocina tradicional y con raíces?

–Nos permite volver al origen, a lo de siempre. Productos que nos recuerdan a la infancia y nos provocan emociones. Los productos nuevos no tienen esa capacidad de evocar momentos del pasado, de transportarnos en el tiempo.

–¿Qué tal el trabajo en las redes?

–¡Uf! Es duro y exigente, que hay mucho trabajo con la grabación y la edición. Yo llevo muy poco tiempo en esto, apenas un año, y soy autodidacta, pero me emociona que cada vez tengo más seguidores.Es una responsabilidad.

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–¿Cómo empezó con su perfil, Gastro.viajera?

–En un viaje a Londres, el primero que hice sola. Llegó un momento en que me planteé que en la vida no hay que esperar a nadie y, aunque no dominaba bien el idioma, me lancé. Me apetecía mostrar a la gente algunas de las cosas que veía. Así empezó todo, por las ganas de compartir el patrimonio y la gastronomía, pero sin postureo, con la naturalidad por bandera y siempre de manera desinteresada.

–Y ahora está usted inmersa en un proyecto muy ilusionante...

–¡Sí! Estoy haciendo tres rutas por pueblos mágicos de España. He hecho ya la del Prepirineo mágico, la de los Tesoros del Sureste-Mediterráneo y ahora empiezo la Gran Ruta Mágica del Vino, desde Borja hasta Cambados, pasando por Peñafiel, Toro y otros escenarios. Y luego, para enero, ya he comprado mis entradas para Madrid Fusión, que hay que ir a ese gran congreso.

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