Gastrobitácora

¡Vamos a pasárnoslo mejor que bien!

Tumanto, en la calle Lepanto, reúne todas estas características. Lleva abierto unos meses, estuve haciendo allí una de las charletas cerveceras este verano y me quedé con ganas de volver. Aprovechando que el concurso Saborea sin prisa que patrocina Cervezas Alhambra, este año está dedicado a las ensaladillas rusas y Tumanto es uno de los participantes, fuimos a probar. Y nos quedamos. La ensaladilla, para empezar, me encantó, tanto en sabor como en textura. El crumble de gamba termina de darle el toque maestro y el detalle del hojaldre en forma de caracola, para darle todo el sentido al concepto de concha de ensaladilla, un acierto.

A partir de ahí, probamos tres platos granadinos y muy granadinos, con toques de fuera. Para empezar, la alcachofa estilo Lepanto: asadas al Josper con crema de sobrasada, queso Idiazábal y crujiente de jamón ibérico con yema trufada. Si les gustan las alcachofas, no se las pierdan. Y si hablamos de texturas, estas son un lujazo.

Los dos siguientes bocados, con raíces bien hundidas en La Alpujarra, pero en clave muy moderna. El cucurucho de jamón ibérico con cremoso de setas es un desparrame. Se come de dos o tres bocados y ¡cómo cruje! Además de estar exquisito, claro. Me veía recordando aquel clásico de Bigas Luna, 'Jamón, jamón'.

Y máxima atención al canelón alpujarreño, una reinterpretación del famoso plato de la comarca granadina con un mix de morcilla y chorizo picados y su patata y su huevo muy fashion y originales. Un plato contundente y repleto de sabor. De postre, un bizcocho de chocolate con té macha para rematar. El bizcocho, suave y sabroso, además de bien regado de más chocolate. Lo dicho: Tumanto es un espacio muy interesante y atractivo, moderno en el mejor sentido de la expresión, en el que disfrutar de la comida, del ambiente y del buen hacer del personal de sala.

También he estado esta semana en La Santa María, el bar del hotel Barceló Carmen, reinaugurado hace unos meses, y que permite hacer un sabroso viaje gastronómico por todo el mundo. En nuestro caso, pedimos unos cogollos de lechuga con pavo y pimiento más de la tierra y de inmediato cruzamos el charco.

Hicimos parada en Cuba para probar su excelente y sabroso bocadillo de carne de cerdo, con el pan tostado en su punto exacto, y seguimos hasta llegar a Argentina, donde dimos buena cuenta de sus famosas empanadas, con chimichurri aparte.

Me encanta el concepto de La Santa María. Bocados viajeros que, en el marco de un hotel cosmopolita, situado en el corazón de Granada y abierto a la calle, tiene todo el sentido. Otro sitio donde estar relajados y a gusto para fantasear a través del sabor de los viajes ya hechos, tirando de recuerdos sápidos, y soñando con los que aún están por hacer.