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María de Juan y su madre, Carmen Bullejos, en el Bar Rojo del que esta es propietaria. Pepe Marín
Una Alhambra con María de Juan

«Cuando veo a un gran cocinero crear, me emociono»

María de Juan derrocha arte por los cuatro costados y 'creatividad' es una de las palabras que más pronuncia, relacionada con la música y con la cocina

Viernes, 5 de mayo 2023, 10:26

María de Juan volvía a Granada. Y lo hacía para algo muy especial: el estreno en directo de 'Dramática', su nuevo disco. El concierto formaba parte de Distrito Sonoro, el ciclo de música en vivo que impulsan el Ayuntamiento de Granada y Cervezas Alhambra. Quedamos en el Bar Rojo, propiedad de Carmen Bullejos, orgullosa y nerviosa madre de María, famoso por su tortilla de patatas. Aunque la conversación fue tempranera, al terminar la actuación tuvimos tiempo de volver a hablar con la artista para conocer sus sensaciones tras la puesta de largo del disco.

–¿Qué tal, la acogida de 'Dramática' en directo?

–Fue un absoluto placer poder tocar esas canciones en las que llevo trabajando tantos años en directo, por primera vez, al aire libre, conectando con Granada, mi ciudad, en la que tanto me he inspirado para hacer este disco. Una acogida espléndida con muchísima más gente de lo que nos esperábamos. Muy agradecidos.

–¿Tiene el disco una dimensión 'fiestera'?

–Es un disco de copla moderna y la copla es cine, es calle. Es la música urbana de la época. En el escenario hay una mesa, que es donde ocurren todas las cosas: amor, tragedias, negocios, llantos, el poderío... Carlos Cano decía que la copla era una forma de gritar lo que gusta y lo que duele y 'Dramática' conecta con los bares y con la juerga, con la fiesta y con la calle.

–También canta en el disco a una mala noche...

–Sí. Las copleras de la época no cantaban, contaban. Cuento una noche que fue muy mal. Salimos de fiesta una amiga y yo y nos estafaron. Al final de la noche reíamos y le contábamos al taxista que nos llevaba a casa que el drama surge a veces para apoderarse de ti y derrumbar tus planes. La lección es que estás viva y que los planes no sirven para nada.

  • Un ingrediente Las especias

  • Un plato de la infancia Sopa con mayonesa materna

  • Una tapa para abrir boca Un pincho de tortilla

  • Una cocina internacional La japonesa

  • Dulce favorito Helado de nata de Los Italianos

–¿Qué tal la vuelta al Bar Rojo?

–Ha sido la vuelta a casa. Echo de menos la comida de mi madre mucho más de lo que pensaba y la verdad es que se me saltaron las lágrimas.

–¿Cómo es la cocina de su madre?

–Es una cocina casera y tradicional, pero he decir algo que ella no se cree mucho: es realmente artística y creativa. La cocina y la música tienen mucho que ver. De hecho, la cocina y cualquier rama del arte: cuando veo a un gran cocinero crear, siempre me emociono. Es algo muy bello. Cuando mi madre está inspirada, tiene un punto de creatividad mayor del que ella misma se cree. Cuando empieza a mezclar sabores para elaborar nuevos platos me sorprende muchísimo.

–¿Qué otros establecimientos de Granada frecuenta?

–Sueño cada día con la ensaladilla del Cunini. Me gusta ir al Cambalache y también sueño con los sesos mojeteo del Gallardo. Me gusta mucho el Pureza 90 por lo increíblemente simpático del servicio y las vistas a la Romanilla y a la Catedral. Me encanta empezar una noche de amigas en Los Mascarones de mi barrio, el Albaicín. ElSaint Germain... Para comer o cenar, como me gusta la comida asiática, elMasae o La Causa y su nikei. También el San Remo, el Provincias...

–¿Qué tal por Murcia?

–Me gusta mucho el arroz así que me encanta el caldero cartagenero con vistas al mar.

–¿Es usted cocinicas?

–No mucho, la verdad. Me encanta comer. Es el placer número uno de la vida y después van todos los demás, pero me gusta más comer que cocinar. No cocino mal, pero es por supervivencia. Soy creativa, eso sí. Con pocos ingredientes saco platos.

–Ha vivido en 20 ciudades. ¿Dónde ha comido mejor?

–En Granada. Echo de menos la tapa que acompaña a las bebidas, aunque entiendo que para el sector de la hostelería puede ser un problema: veo las horas que pasa mi madre en la cocina y no entiendo nada.

–¿Y la peor?

–Cuando estuve en Inglaterra. En Londres hay sitios estupendos, claro.Pero no tienen una gran cultura gastronómica. Además, trabajé como camarera y la experiencia no fue buena. Experimenté el racismo por primera vez en mi vida y, como en los pubs beben tanto y apenas comen, a veces hay problemas.

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