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El restaurante La Última Ola, situado en primera linea de costa en Almuñécar, es una buena opción para seguir disfrutando de la comida mediterránea con clima estival. Javier Martín
Un verano culinario con mucho que decir aún en Granada

Un verano culinario con mucho que decir aún en Granada

Julio y agosto son meses de masificación en la costa granadina, pero septiembre llega con un ambiente más sosegado en el que disfrutar de su gastronomía sin aglomeraciones y con las mismas bondades en materia climatológica, pues todavía sigue siendo temporada estival

Sergio Sebastiani

Viernes, 1 de septiembre 2023, 00:07

El final del mes de agosto es para muchos sinónimo de fin de verano y de regreso al trabajo y a la vida cotidiana. Pero para muchos otros las vacaciones apenas comienzan, pues si las obligaciones lo permiten septiembre es un mes en el que el clima sigue siendo veraniego –de hecho, la estación no finaliza hasta el día 23– y las aglomeraciones y los precios son sustancialmente inferiores.

Y para quienes se deciden por este estupendo periodo vacacional, la oferta gastronómica sigue siendo muy amplia y variada, con establecimientos en los que se puede saborear la buena gastronomía de una forma más serena y sin las prisas ni la gran afluencia de otras épocas. Restaurantes o bares en los que se disfruta no solo de la comida, sino también del buen ambiente de una terraza, y más si cuenta con vistas al mar.

Es lo que ocurre en La Última Ola, tradicional restaurante de Almuñécar situado en primera línea de la playa Puerta del Mar, y a la vez muy céntrico. Desde 1971 viene ofreciendo lo más típico de la cocina marinera granadina, con una carta que incluye un amplio abanico de pescados y mariscos, con especial atención al atún rojo o los arroces, aunque tampoco faltan las carnes.

Abierto los 365 días del año y con cocina ininterrumpida durante toda la jornada, La Última Ola recibe de muy buena manera el mes de septiembre, en el que «se empieza a notar una mayor presencia de clientes del resto de Europa», explica Evangelía Chalatkos, una de sus responsables. Añade que en esta época llega «un público más sosegado, que viene un poco más relajado y tal vez más predispuesto a disfrutar de la buena mesa y la buena comida, sin tanta aglomeración como suele haber en agosto».

Las cocinas afrontan el final del verano con el entusiasmo de siempre, pero con mayor tranquilidad. j, J Martín

Aquí «siempre se intenta hacer un guiño a cada temporada, sobre todo en materia de pescados», y «lo mismo ocurre en lo referente a los productos de la huerta, aprovechando la temporada de cada fruto subtropical». Así las cosas, Chalatkos explica que «de marzo a junio el atún es el producto estrella, y desde noviembre viene una época en que también hacemos un guiño al bacalao». En cuanto al primero, se trabaja el atún rojo de almadraba de Barbate, tanto en crudo como cocinado, e incluso cuentan con un apartado específico en la carta que incluye tartar, sashimi, daditos de atún picante con algas o solomillo a la plancha. A ello se suma un clásico, atún con tomate y huevo frito.

En cuanto a los arroces, uno de los más característicos del establecimiento es el negro, que mantiene su receta original desde 1971 y «se puede comer fácilmente al ser ciego», con todos sus ingredientes pelados. La responsable del restaurante explica que «mezcla mariscos y verduras, y tiene la peculiar melosidad que solemos darle». A él se suman el arroz ciego de calamar de potera, bien con marisco o con pollo de corral, o el caldoso de bogavante o carabinero. La Última Ola tiene previsto abrir una sucursal en Granada, lo que podría ocurrir para finales de año.

Más propuestas

Otra interesante alternativa para el último mes del verano es el restaurante El Embarcadero de Calahonda, que además de su cuidada cocina cuenta con una de las terrazas con mejores vistas al mar del litoral granadino. Una iniciativa de la familia García Linares que se puso en marcha este año en el ático del hotel del mismo nombre, con un toque colonial en cuanto a la decoración y con una línea mediterránea en lo culinario.

Se trata de una cocina elaborada fundamentalmente al carbón, donde se puede probar desde el clásico 'pescaíto' hasta arroces, pasando por una amplia variedad de carnes, en «una apuesta fuerte» de los propietarios con las más diversas razas nacionales, muchas de ellas maduradas, que se exhiben en una vitrina.

Según explica Antonio García, uno de sus responsables, en el apartado de arroces «están los clásicos, algunos con un toque Premium». Y en cuanto al pescado, resaltan productos frescos de la lonja de Motril como gallopedro o gallineta, «todo a la parrilla». El atún es otro de los pescados más recurrentes este verano, e incluso se han realizado varios ronqueos «improvisados, sin anuncios previos», pero que han tenido «mucho éxito» entre los clientes ya habituales. A lo largo de septiembre está previsto que se repita la experiencia.

Otra novedad de este verano en la Costa es El Turrito, que abrió sus puertas recientemente en La Caleta de Salobreña con una propuesta con la parrilla como principal reclamo y con las carnes como especialidad, como la frisona o la jersey. Asado, parrillada de ibéricos o chuleta de ternera lechal son algunos de sus platos, a los que se suman otras variantes como queso provolone, ensalada de pimientos con guacamole y conservas como sardinillas o anchoas del Cantábrico. De cara al invierno la intención es incrementar la carta con platos argentinos como el matambre y otras opciones de carne de ternera.

El Turrito es un establecimiento nuevo, pues abrió el 1 de julio, aunque sus responsables tienen una larga experiencia en el ámbito hostelero de la zona: Aitor Bascuñana en el El Puentecillo de La Caleta y Guillermo Fernández en el Bar Manolo de La Guardia. Cuenta con un patio interior muy agradable y con una terraza en la que disfrutar del fresco en este aún caluroso verano.

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