Muestrario de botellas de vino en el interior de una bodega. EFE

La verdad de la veritas del vino

Norte y Sur ·

Álvaro Arriaga y Marcos Pedraza, de La Ruta del Veleta, comparten secretos del vino, explican las características de sus bodegas y la presencia en el menú

Viernes, 3 de julio 2020, 01:42

Vamos a ver si conseguimos sacarle toda la veritas al vino de la mano de estos dos chefs extraordinarios, Marcos Pedraza de La Ruta del Veleta y Álvaro Arriaga. Comenta para empezar este recorrido en busca de luz y taquígrafos Álvaro Arriaga que «recetas con vino hay muchas, y a lo largo de la historia se han creado grandes salsas, como la bordelesa o la perigord, de la cocina clásica francesa.

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El vino también es un ingrediente imprescindible en la caza, ya sea en un marinado o en un civet. Incluso en las elaboraciones de postres, también está muy presente». Y termina con una pregunta: «¿Quien no se ha tomado alguna vez un sorbete de cava?». Y es que el vino en la cocina está muy presente.

En la cocina y en la vida, de forma que Álvaro Arriaga no es una persona de vinos favoritos, «porque cada vino tiene un momento, Ahora, en verano, soy de vinos blancos y rosados. Un buen rosado, en esta época del año, es una gozada. Un buen rosado o un buen txakolí de mi tierra acompañando a un bonito a la brasa me fascina en verano. Un vino aparte de tener un 'momento', ha de tener también una buena compañía, un menú o un plato«.

«Pero si me dijeran que me tengo que apostar por uno, sería muy complicado. Tengo dos hijas, es como si me preguntaran a cuál quiero mas. Es casi lo mismo. Pero intentaría que fueran nacionales. Soy más de un riojita que de otras denominaciones de origen, tal vez por la cercanía a mi tierra. Pero hay grandísimos vinos en España. Soy un loco de los grandes vinos dulces. Un buen moscatel o un buen Pedro Ximénez».

Este amor por el vino lleva al restaurante Arriaga «a cuidar su bodega con esmero, hasta el punto que se le da la misma importancia que a la compra diaria del producto fresco».

En el caso de Arriaga, intentan no almacenar mucho vino por dos cuestiones. Por un lado, la falta de espacio, «porque un restaurante necesita tanto espacio de almacenamiento como superficie de venta, y andamos bastante justitos. Por otro lado, nos gusta renovar constantemente los vinos y descubrir nuevas bodegas, lo que hace que no acumulemos gran cantidad de botellas. El tema de la bodega de vinos ya no es como antes, donde había unas bodegas contadas. Ahora hay muchas y muy buenas todas. Dani está al cargo de ella».

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El vino, en la vida y en el trabajo, también está presente en la carta del restaurante de muchas maneras,«pero principalmente donde más vino se mueve es en los maridajes. La gente lo solicita mucho. Ya sea un maridaje de vinos andaluces o nacionales, o incluso yéndonos a grandes vinos en maridaje».

Una cuestión de gusto

Ya vamos aprendiendo conceptos. Los chefs no tienen vinos favoritos. No los tiene Álvaro Arriaga y tampoco los tiene Marcos Pedraza. «No tengo ningún vino favorito, coincido con Álvaro en que cada vino tiene su momento, pero por encima del momento está el gusto de cada uno. En está época soy más de vinos blancos, bien fríos. Eso sí, cada vino necesita su correcta temperatura»».

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Y hablando del líquido elemento catalizador, Marcos Pedraza se moja: «Si tuviera que elegir por algún vino en particular, prefiero en primer lugar elegir un vino de mi tierra, siempre hay que barrer para casa, pero sin renunciar a todo la variedad de vinos que nos da nuestra geografía española». Y por seguir la onda, «Prefiero los vinos blancos sobre los vinos tintos», zanja Marcos.

Los vinos en el restaurante Ruta del Veleta cuentan con una especial atención.«Es una bodega muy cuidada, labor que lleva de primera mano mi tío Miguel con nuestro sumiller M. del Pozo. No podemos renunciar a los grandes vinos clásicos, grandes añadas, como los vinos más actuales para adaptarnos a los gustos de nuestro clientes».

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Y de la bodega del restaurante a la carta, «el vino está muy presente en nuestra cocina, ya sea para elaborar fondos, maceraciones, salsas, reducciones, helados o mermeladas. Intentamos introducir el vino como parte del plato. Por ejemplo, en nuestro aperitivo de 'Pan, queso y vino' incluido en el menú de degustación. #ÑamÑam.

La receta de Álvaro: Rape con guisantes a la sidra

Ingredientes

–Rape

–Cebolleta

–Jamón de bodega

–Guisantes

–Sidra

–Ajo, sal, aceite, harina

Elaboración

Le pedimos al pescatero que nos saque los dos lomos del rape y nos guarde la espina. En casa hacemos un fumet. Cortamos los lomos en rodajas. Lo sazonamos y dejamos reposar para que el rape absorba bien la sal. Vamos a picar una cebolleta fresca, con su tallo verde incluido, un par de dientes de ajo y 50 grs. de jamón. las ponemos con aceite en la cazuela. A fuego suave, no hay prisa. Una vez que tengamos pochado el conjunto, añadimos los lomos de rape enharinados y dejamos sobre el sofrito, un minuto por cada lado. Añadimos una cucharada rasa de harina al sofrito. Incorporamos la sidra, medio vaso. Dejamos reducir y añadimos el fumet. Añadimos los guisante frescos, tapamos la cazuela y dejamos que se termine de hacer el rape con los guisantes (5 minutos). Espolvorear con perejil recién picado y listo para zampar.

La receta de Marcos: Pan, queso y vino... se hace el camino

Ingredientes

–50 grs. de queso curado

–50 grs. de queso de cabra

–50 grs. de queso fresco

–50 grs. de queso parmesano

–1 barra de pan de centeno

–1 botella de Pedro Ximénez

–100 grs. de azúcar

Elaboración

Lo dice el refrán, 'Con pan, queso y vino... se hace el camino', y es más que cierto. Para la elaboración, muy sencilla, no tenemos más que rallar el queso manchego y el queso parmesano, triturar el queso de cabra y el queso fresco hasta obtener una pasta, mezclar con los quesos y rellenar unos tarritos con la mezcla resultante.

A continuación, como siguiente paso vamos a poner a reducir el vino con el azúcar hasta obtener una textura melosa. Enfriamos y reservamos. Ahora hay que laminar el pan de centeno y secar al horno a 130 grados durante veinte minutos.

Para el montaje se dispone una capa encima del queso y aderezamos con trocitos de pan de centeno.

El resultado es una receta que suma lo mejor de lo mejor.

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