«Es un vino pensado para llenar las mesas de felicidad»

–Tras mucho trabaja ha lanzado su primer vino. ¿Cómo ha sido todo el proceso?

–Ha sido una idea materializada tras prácticamente tres años trabajando en ella. Quería un vino cercano, de a pie, que todo el mundo pudiera disfrutarlo. El proyecto nace gracias a una gran relación con el enólogo de Bodegas FJ, que es con quien he elaborado este proyecto. De hecho, antes de sacar 'Condenao' ya habíamos elaborado un vino para San Valentín y ahí fue donde empezamos a pensar en esta idea.

–¿De dónde salió la idea?

–Álvaro Arriaga había creado un postre nuevo y necesitaba un vino para él. Probé infinidad de posibilidades pero ninguna me terminaba de encajar. Quería un vino dulce pero con mucha acidez para que te limpiara el paladar. Tuve la oportunidad de materializar esa idea con Bodegas FJ y la verdad es que todo ha ido rodado porque me han dado todas las facilidades del mundo para conseguir el producto que yo quería.

–¿Por qué ese nombre?

–No tiene mucha lógica ni romanticismo. Estaba diseñando la etiqueta y sabía lo que quería proyectar. A mi siempre me ha gustado buscar el doble sentido a las cosas y en el castellano tenemos muchas frases y palabras que, dependiendo del contexto, pueden significar una cosa o la contraria. 'Condenao' es un ejemplo, que puede ser algo muy bueno o muy malo. Es mi primer vino y quiero ver que condena me da, si sirve como trampolín para elaborar más vinos o si con esta aventura habrá sido suficiente.

–¿Qué tipo de vino es?

–Se trata de un vino semidulce, que pienso que así es más apto para cualquier público. La filosofía de 'Condenao' es la de transmitir lo que un Pedro Ximénez de Montilla puede ofrecer, pero de una manera no tan dulce. Un vino que soporta desde entrar de aperitivo hasta combinarlo con un postre o que sirve como sobremesa. Está pensado para el disfrute, para saborear en casa, para que las personas que no tengan mucho conocimiento sobre vinos puedan valorarlo, sin mayores pretensiones. Es un producto diferente, de solo 1.477 botellas, y a partir de ahí veremos si es necesario hacer más o no, espero que sí que haga falta.

–¿Qué espera conseguir con el primer producto con su firma?

–Descorchar felicidad y acercar a la gente al mundo del vino. Eso es lo que espero para mi primer vino, que esté en muchas mesas y rodeado de felicidad y disfrute, que transmita todo el buen rollo posible. Toda persona amante del vino tiene la responsabilidad de acercar a todos este tipo de productos. A mí me gusta dar a conocer esos vinos singulares que te expresan su historia, algo que creo que 'Condenao' hace muy bien. Es un vino cercano, para cualquier público, de chimenea y conversación. Tiene todos los elementos como para no necesitar nada más para disfrutarlo.

–¿Cómo está siendo la acogida?

–El único canal soy yo y Francisco Javier, de Bodegas FJ. También tengo algunos compañeros que se han llevado varias botellas y la verdad es que les ha gustado muchísimo. La venta de momento está siendo buena pero la verdad es que no me preocupa mucho porque 'Condenao' es algo efímero, un vino único.

–¿Dónde puede encontrarse?

–La distribución somos nosotros, no hay un portal en el que comprarlo. La venta viene prácticamente sola, de gente que lo prueba aquí, en el Restaurante Arriaga, y muestra interés en comprarlo. Mi pretensión no es hacerme rico, es cumplir el sueño de hacer mi primer vino.

–¿Cuenta con nuevos proyectos de cara al futuro?

–Mi idea principal es acabar en el mundo del vino. Es cierto que por mi trabajo de sumiller ya estoy en él pero me gustaría vivirlo de una forma más directa, comprobar de primera mano todos esos conocimientos que he conseguido a través del estudio. Aunque sea soñar despierto, lo que busco es poder crear mi propia marca de vino en el futuro.