Solo o en compañía de cinco

Me cuesta tener que volver a proponer este medio de comer en casa. Pero es una manera de ayudar a los hosteleros honrados y con vergüenza torera que, en vez de pedir solo dinero al Gobierno, se esfuerzan en seguir vendiendo felicidad a domicilio. Por supuesto, algunos locales que se ofrecen carecen de fiabilidad y calidad. Usted mire, compare y decida. Si un negocio no funcionaba antes de la pandemia, ahora puede ser hasta peligroso pedir su comida. Tengo nombres. Pero usted mismo. ¿Recuerda ir a comer / cenar a ese sitio que tenía nada más que una o ninguna mesa ocupada? Pues aunque se anuncie, ni se le ocurra. Por cierto, las hojas de reclamaciones, ¿funcionan en las entregas a domicilio? Qué faltica tenemos de una información profesional hostelera y menos declaraciones populistas.

Hay dos fórmulas novedosas, que algunas bodegas están llevando a cabo para animar al personal y de camino vender algo de sus vinos. La estremecedora situación de la hostelería y la posible nulidad de las reuniones navideñas crean una ardua situación, incrementada con los miles de litros de los mostos ya vendimiados. Por eso hoy les animo a pasarlo bien en su casa. Lo complicado de estas convocatorias es que las bodegas tengan su correo electrónico. Y que al ser en directo, obliga a estar el día y hora que señalen frente al ordenador y comprado el vino que corresponda.

La acreditada bodega Faustino propone un método a su gusto. Pida por Internet o teléfono que le manden un estuche con sus vinos y videocata. Se llama pack Faustino Red Wine Experience, un regalo diferente o para su propio disfrute, que incluye cuatro vinos de la bodega riojana acompañados por una videocata exclusiva con enólogos de primer nivel. El pack, que contiene Faustino I Gran Reserva, Faustino V tinto, Faustino Crianza y Faustino VII tinto, invita a descubrir los vinos más reconocidos de la bodega riojana de una manera diferente, para convertirse en un auténtico Faustino Expert desde cualquier lugar y en el momento que prefiera. Yo lo haría más divertido. Hablar con alguna persona que comparta la misma afición, comprar ambos el estuche e ir catando cada vino al unísono, cada cual en su hogar, haciendo comentarios y matices.

Por favor, no confundir con paté y diferenciar si es de pato u oca. Y el tipo de elaborado. No es lo mismo que tenga cualquier aditamento: trufa, fruta, licor, etc. El precio varía. Si le gusta y puede, compre una lata. Hay varios tamaño. Antes siempre compré el foie gras en Maison Lafitte, o en otra maison de Estrasburgo. Ahora compro el de Navarra. Allí hay varias granjas, y también en otros puntos de España.

Desde que empezó la venta del caviar, pues la crianza del esturión dura hasta catorce años, solo se lo compro a esta familia, por cierto, navarros de nacimiento, que además de las truchas dieron el gran paso y recuperaron el tipo de esturión que bogaba por el Guadalquivir, hasta que se hicieron las presas y las aguas del río bético comenzaron a contaminarse por los vertidos. Yo he comido en Villa Pepita, nombre de la última factoría de preparación del caviar por la familia Ibarra. Desde luego, por haber intervenido en el proceso desde la captura del espécimen elegido, hasta la extracción de las huevas y su paso por salmuera, al gusto del consumidor. Con todas las medidas sanitarias y por disponer del carnet oficial de manipulador de alimentos.

Si no va a su pescadería habitual o al restaurante especializado en estos egregios productos, puede optar por pedir por Internet. Hay muchas y diversas webs para pedir lo que guste. Y por mensajero se lo llevan al domicilio, en frío. Yo suelo adquirirlos en Pescaderías Coruñesas. Son serios y de garantía. Tienen más de cien años de servicio. Y puede elegir: almeja gorda, almeja marinera, berberecho, bígaro, bogavante nacional, buey de mar cocido, calamar, cangrejo real cong (plato típico de Singapur king crab), carabinero, centollo gallego cocido, chirla, cigala, coquina, galera, gamba blanca o roja, langosta nacional, langostino, mejillón gallego o de roca, navaja, nécora cocida y ostras. Disponen de dos tipos: de Belón o la especial de Claire. Atención, si no es ducho en abrir ostras ni dispone del utensilio idóneo, tenga mucho cuidado. Se puede hacer un corte grave y profundo. La lista es amplia con pescados, conservas, etc. Busque producto español y desconfíe de que sea muy barato si quiere calidad.

Huelga decir que tenemos excelentes jamones en Andalucía y mejores cortadores de jamón, a los que se puede acudir para comprar al peso la cantidad loncheada a mano y envasada al vacío en el peso que ustedes quieran. En nuestra propia tierra, llamada antes de María Santísima, asunto que ahora será políticamente incorrecto, pero al no ser político ni politólogo, les recomiendo que miren en Internet y hasta en su propia ciudad pueden encontrar un servicio a domicilio perfecto. Otra opción es hacer un pedido telefónico a su proveedor de confianza y que le mande su pedido. Las opciones son muchas y más que van a surgir. Por tanto siga consumiendo en su medida habitual. Lo que no significa papel del váter. Un misterio del que hasta la fecha no he leído nada que interprete aquel acaparamiento demencial de los compradores.

Siempre hay 'perturbados', clientes y/o hosteleros, a la hora de respetar las normas. La revista del gremio 'Hostelería Digital', indica: «En bares y restaurantes se ha producido menos del 3,5% del total de casos de Covid-19 detectados en España desde el mes de mayo. Esa cifra se reduce hasta el 0,7% durante la última semana. Estos datos evidencian la escasa incidencia de contagios en la hostelería y casi nula en los rebrotes de las últimas semanas y se trata de datos oficiales, proporcionados por primera vez por el Ministerio de Sanidad el pasado viernes 16 de octubre». Debemos actuar bajo las reglas sanitarias, respetando todo. Pero déjenos desayunar, comer, la copita, etc. por el bien de los tres: Hacienda, Empleo y yo.

La empresa publicitaria que diseñó el anuncio de televisión donde, como siempre histriónico, Alberto Chicote, le mete una bronca a un joven cocinero. Ya no saben dónde ponerle, al estar de sobra amortizado. Le mete una bronca tan desagradable y descomunal a un cocinero, correctamente vestido, hasta con el gorro de cabeza, obligatoria y sancionable por ley al que no la use en cocinas, que se me quitan las ganas de consumir ese queso tan bueno. Que creía informar era correcto. Cuídense y nos cuidaremos.