La Compañía, cocina internacional en un entorno contemporáneo

Los dos locales de La Compañía, el de Churriana de la Vega y el de la propia Granada, ubicado en el entorno del PTS y situado entre edificios de sorprendente arquitectura de vanguardia, ofrecen una propuesta gastronómica que permite al comensal disfrutar de la sapiencia y del trabajo en cocina de sus chefs, consolidado a lo largo de su larga trayectoria tanto en D'Platos como en la propia La Compañía.

odo el trabajo de La Compañía está orientado a satisfacer el exigente gusto de lo que ellos llaman la 'familia', que son los clientes de un restaurante en que se fusiona la pasión infinita que sienten por la cocina, tanto la de aquí como la de fuera, con los mejores platos que han ido creando a lo largo de su ya larga historia.

En sus aperitivos, donde se muestra una gran agilidad y una proverbial capacidad de inventiva y creatividad, La Compañía ofrece bocados que denotan mucho sabor y una gran versatilidad de matices.

En sus ensaladas se pueden encontrar sorprendentes fusiones como ocurre en la ensalada coreana con toques de productos de nuestras huertas mediterráneas. En estas propuestas destaca especialmente la gran elaboración en su emplatado. Son platos que aúnan el producto de la tierra con las materias primas foráneas y que ofrecen exóticos y diferentes sabores, una de las divisas de La Compañía.

Las fusiones de La Compañía también permiten disfrutar de las exquisiteces del norte de nuestra península. Por ejemplo, los rebozuelos salteados, exquisita seta que se encuentra en esta época del año en los bosques más septentrionales de nuestra geografía. Es tiempo de setas y hay que aprovechar para disfrutarlas en su punto. O las croquetas de toda la vida que, cuando están bien hechas, duras y crujientes por fuera y suaves y cremosas por dentro, son un auténtico deleite.

Dos aspectos resultan relevantes en los locales de La Compañía de Churriana de la Vega y del PTS. Por una parte, la amplitud de sus dimensiones y las terrazas propias que atesoran, lo que convierte a los restaurantes en espacios seguros en estos tiempos de Covid. La tranquilidad para disfrutar de las comidas y las cenas con distancia y con todas las medidas sanitarias está asegurada.

Por otra parte, la programación musical en vivo que acompaña a la oferta gastronómica. Jazz suave, música instrumental, cantautores, tributos y homenajes… una amplia oferta cultural que contribuye a que los comensales disfruten de veladas

diferentes, originales, nuevas y sorprendentes. Un maridaje, el de música y gastronomía, que resulta imbatible.

La cocina de inspiración, sabores y texturas de México también encuentra su hueco en La Compañía. Por ejemplo, con los Panuchos de harina de maíz frito acompañados de ixnipec con chipotle de chile. Se trata de una combinación muy especial por su sabor ahumado que permitirá al comensal embarcarse en un sabroso viaje transoceánico sin moverse del sitio. Y es que La Compañía ofrece periplos gustativos que lo mismo te conducen al otro lado del Océano Atlántico que te llevan a Extremo Oriente.

Otros platos clásicos de la cocina que se pueden disfrutar en La Compañía: el tartar de carne.

Por ejemplo, el preparado con solomillo de vacuno mayor. Sin olvidar una amplia selección de pescados, entre los que destacan los pescados de roca traídos de la Costa Tropical granadina, como el rape. En sus elaboraciones las hay clásicas, pero también opciones que entroncan con la tradición culinaria de México, Perú y otros países sudamericanos. Es una de las divisas de La Compañía, como señalamos antes: la fusión de sabores, ingredientes y escuelas culinarias.

Además de una amplia selección de siempre apetitosos postres, en La Compañía son especialistas en la preparación de cócteles, una delicia que cada vez tiene más valor gastronómico, tanto antes de las comidas como al terminar, para alargar la sobremesa. O a media tarde, antes de cenar con los horarios anticipados que son obligatorios estos días. La carta de La Compañía es muy completa, diferente y original, diseñada con el corazón y pensando en una clientela tan fiel como exigente, a la que por algo consideran, siempre, como a una auténtica familia.