María Pérez: «Volverá a ColorCafé en cuanto pueda»

Regresar para tomarse un buen sorbo 'fresquito' y un bocado de las originales tapas de Rafilla, como llama afectuosamente María al cocinero de Color café, es una de las cosas pendientes para la atleta granadina en la desescalada. Con el rostro iluminado, María habla de un bar en el que tiene su punto de encuentro con amigos. Nacida en Orce, campeona de Europa y clasificada para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, es una de las caras más reconocibles actualmente del deporte granadino. Su fama no le priva de disfrutar de la ciudad reparando en sus bares, como a la mayoría.

«Me encanta la tosta con gulas y huevos fritos que preparan», cuenta sintiéndose veterana entre su clientela, pues los visita prácticamente desde sus comienzos hace unos tres años. «Lo descubrí gracias a unos amigos y sigo viniendo todo lo que puedo. Cocinan con producto local y su carta se sale de las tapas más habituales, así que me ganaron fácilmente». El trato y sus sabores es lo que finalmente hicieron de ella una de sus mejores clientas. «Soy más de mesa en la terraza que de barra, lo reconozco. Necesito espacio. Y soy de las que como más que bebo, quizás porque la cerveza y demás bebidas alcohólicas no están en mi día a día. Suelo probar cosas diferentes y me gusta pedir varios platos. Donde esté una terraza que se quite todo lo demás», cuenta María desde su casa, mientras continúa con sus estudios.

Cuando las circunstancias lo permitan, y tras una parada sin prisas en ColorCafé, el siguiente en su lista de visitas es el Asador Curro, en la antigua Carretera de la Sierra. Un lugar al que suele ir bien acompañada, puesto que fue su pareja quién le mostró este rincón y es con quien suele compartirlo. Aquí es donde disfruta como una niña con la torta de queso de cabra con mermelada. «Es otra parada obligada, alterno terraza con salón, pero si puedo, mejor terraza», se reafirma entre risas. De nuevo la cercanía y la amabilidad de Curro y su equipo hace que la marchadora de Orce eche de menos disfrutar con ellos de un rato agradable alejada de preocupaciones. Y es que el bienestar que le reportan sus bares se ha echado en falta estos días.