
ideal
Miércoles, 27 de mayo 2020, 15:51
Gran variedad de tapas y una atención amable y cercana, según destacan sus clientes.
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Qué ganas de bajar tengo ya a la Taberna el Vinillo (sol 21, esquina Pedro Antonio). Es mi bar de abajo de cabecera, y encontrarme allí con sus historias habituales: el carnicero en doble fila, don Antonio y su tintillo, el entra a por cambio para la dichosa zona azul... Y es que pocos bares han sabido aunar tan bien a nuestros mayores y la vida universitaria de este barrio. Y además es que se me hace imposible no echar de menos las tapillas de «la Esme». Esa tortilla de patatas gigante preparada cada mañana y que nunca llega a media tarde, el pollo a la crema o sus tapas del día que suelen incluir algo de cuchara. Da igual a qué hora baje que no cierran la cocina en todo el día, «foh» ¿y los bocadillos? Los bocadillos son espectaculares, no hay más. Me he acordado muchas veces durante el confinamiento de las jarras bien frías, que me pongo a recordarlas y me entra un «nosequé» por el cuerpo. Incluso metí vasos en el congelador para brindar con amigos por videollamada y rememorar esas noches que empezaron a mediodía.
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