
Con Chikito, una celebración de Primera
Gastrobitácoras ·
Heredero de la mítica tertulia 'El Rinconcillo' del Café Alameda, Chikito mantiene incólume su espíritu abierto, creativo y acogedorJESÚS LENS
Viernes, 7 de junio 2019, 23:12
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Gastrobitácoras ·
Heredero de la mítica tertulia 'El Rinconcillo' del Café Alameda, Chikito mantiene incólume su espíritu abierto, creativo y acogedorJESÚS LENS
Viernes, 7 de junio 2019, 23:12
El pasado martes todo eran sonrisas y felicidad en el restaurante Chikito, a escasos metros de la Fuente de las Batallas, donde la hinchada rojiblanca ... ha celebrado el ansiado ascenso del Granada CF a la Primera División del fútbol español.
Una alegría desbordante, aunque no exenta de una cierta melancolía, al imaginar el subidón de adrenalina que habría sacudido al añorado Luis Oruezábal, fundador de Chikito, ex jugador del Granada CF e impenitente seguidor rojiblanco.
Si los caminos del Señor son inescrutables, los de los futbolistas están particularmente sujetos a una combinación entre el azar y la necesidad. Así, tras jugar cuatro temporadas en el mítico Vélez Sarsfield del oeste de Buenos Aires, el delantero argentino Luis Oruezábal decidió continuar su carrera balompédica en Europa.
En 1974 recaló en las filas del Granada CF y el idilio entre el futbolista y la ciudad fue inmediato. Tanto que, dos años después, el 16 de marzo de 1976, perfectamente asentado en nuestra ciudad y compaginando su carrera futbolística con la gastro-empresarial, Oruezábal abría las puertas de Chikito, restaurante que no tardaría en hacerse un hueco en el corazón de los granadinos.
Asentado en el antiguo Café Alameda, famoso por haber acogido la célebre tertulia literaria 'El Rinconcillo' de la que eran habituales artistas e intelectuales de la talla de Federico García Lorca, Ángel Barrios o Manuel Ángeles Ortiz, Chikito se caracteriza por dos cualidades esenciales: ofrecer una espléndida cocina, reconocida con diversos premios y galardones, y estar abierto a la ciudad de Granada, siempre presto y dispuesto a colaborar con infinidad de iniciativas culturales, deportivas, sociales y solidarias.
A lo largo de sus más de cuarenta años de andadura, Chikito se ha convertido en uno de los templos de la gastronomía granadina. Por su animada barra, su agradable y recogido salón y su coqueta terraza han pasado representantes del mundo del arte, la literatura, el periodismo y la cultura; de las ciencias, el deporte o la política... Igual que en Casablanca, todo el mundo iba a Rick's, en Granada, todo el mundo va al Chikito.
Tras el trágico y doloroso fallecimiento de Luis, la segunda generación de los Oruezábal sigue al pie del cañón, con Diego y Daniel en sala y el chef José Carlos Expósito al mando de la cocina. Una cocina que mira al recetario tradicional andaluz, prestando especial cuidado y atención a algunos de los platos granadinos por antonomasia, como el popular remojón, las habitas fritas con jamón, la tortilla del Sacromonte o la cazuela de espárragos. Porque la mejor manera de agasajar a quien viene de fuera es darle a probar lo mejor de nuestra gastronomía, no es casual que por Chikito pase lo más granado de la cultura nacional e internacional que visita Granada. En ese sentido, el restaurante ahonda en la huella abierta por el mítico Café Alameda.
Por ejemplo, cuando Manuel de Falla se instaló en Granada, los primeros en acogerle fueron los miembros de la tertulia del 'Rinconcillo', un heterogéneo e inquieto grupo de jóvenes artistas e intelectuales que comenzó a reunirse en un rincón del café Alameda desde comienzos del 1920. Falla, hipocondríaco por naturaleza y muy sensible al ruido, no se prodigó en exceso por una tertulia que debió ser bastante animada, según cuentan las crónicas de la época.
Bien adentrados en el siglo XXI, los conceptos de 'café' y 'tertulia' se han quedado algo desvirtuados. En su momento, sin embargo, fueron lo más. Las tertulias de los cafés eran militantes y combativas. En ellas se trataba de cambiar la sociedad, se marcaban tendencias, se rompía con lo establecido, se ponían en marcha proyectos e iniciativas y se defendían, con pasión y alborozo, las ideas más descaballedas.
En este sentido, la tertulia del 'Rinconcillo', así bautizada por reunirse en una de las esquinas del Café Alameda, era de carácter bohemio y bullanguero, empeñada en renovar la cultura de la ciudad, considerada por los tertulianos como excesivamente rancia y conservadora. Allí se fraguó la idea del primer concurso nacional de Cante Jondo, por ejemplo, que se celebraría los días 13 y 14 de junio de 1922 en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra. Y los diferentes artistas presentaban su obra al escrutinio del resto de tertulianos, a sabiendas de que no habría un público mejor preparado... ni más feroz en su crítica.
Por el 'Rinconcillo' del Café Alameda, en fin, también pasaban los viajeros ilustrados que llegaban a Granada con ganas de saber lo que ocurría en el mundillo cultural de la ciudad. Entre otros muchos, H. G. Wells, Rudyard Kipling o Arthur Rubinstein.
Así, uno de los grandes aciertos de Luis Oruezábal fue reverdecer el espíritu abierto y acogedor de la tertulia del Rinconcillo, haciendo de su Chikito uno de los establecimientos imprescindibles de Granada.
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