Ser y no estar, ese es el dilema
Dimes y diretes de los sabores ·
Seguro que alguna vez se ha preguntado por qué ha cerrado un restaurante. O el cambio de cocinero cada mes, o menos en muchos locales que son bonitos, lo que no significa que se coma bien y con seguridad sanitariaPablo Amate
Domingo, 27 de octubre 2019, 09:43
Hacía tiempo que no tenía tan pérfido (ver RAE) servicio en un almuerzo. Lo salvó una sagaz empleada. El otro asunto son nuestros importantes aceites. ¿Oído cocina? Pues iré contando cosas veraces que 'veredes'.
¿Se acuerdan de aquel eslogan, 'jóvenes pero perfectamente preparados'? Pues en el caso vivido, éste no tenía nada más que juventud, pero ni idea de cómo atender un negocio hostelero. Es de aquellos que se sabían el nombre de los futbolistas de ciertos equipos, y no lo habían, ni los verían, en su vida. Total, nada.
Listos, pero torpes
Seguro que alguna vez se ha preguntado por qué ha cerrado un restaurante. O el cambio de cocinero cada mes, o menos en muchos locales que son bonitos, lo que no significa que se coma bien y con seguridad sanitaria. En todos los gremios hay tres grados: listos, inteligentes y profesionales. El restaurante que me hace analizar su técnica de atender no llega ni al de listo. Para estos casos hay otro grado: sobrado. Persona que se cree saberlo todo y que los demás son tontos. Este es el perfil del individuo que ni nos atendió en una comida. Solo acudió a vendernos el vino, marca desconocida, bien en boca, pero desmesurado en precio. Al ver que no 'colaba' botellas caras y tras exclamar: «¡que allí solo tenía vinos de precio alto!» (sic), 'salió por patas'.
Primera en la frente
El primer gran yerro del muchacho fue que al no acceder a sus 'estocadas' ya no éramos clientes 'aptos para torear'. Dio la 'espantá' tras murmurar en plan más vulgar algo que traduzco: «no tiene estrato para poder estar en este local». Por cierto, estrecho, muy pequeño e incomodo. Suerte que no entró ni un alma en las tres horas y media de reunión. Había otro empleado en la barra que no dijo ni siquiera buenas tardes. No nos habló ni miró y el camarero, al pasar, miraba al suelo sin acercase a servir nuestra mesa. La única que había. Su rictus me preocupó, por si padecía una enfermedad grave digestiva o era sordomudo. Pasaba a nuestro lado como si no hubiese nadie.
Dar la cara
La única persona que nos atendió e intuyó, solo éramos menos de doce personas y no había cliente alguno más en el pequeño local, fue una ágil camarera que de primeras no perdió la sonrisa.
La impostura desagradable y desprecio a pesar de haber pagado por una fabada, plato de jamón y de queso y ensaladas, con postres presuntamente industriales, al menos no parecían elaborados en la casa, por estar resecos. Lo apologético es que no volveremos y menos encomiaremos al 'muchacho'. Total que ocho personas con un plato de cuchara como principal fueron 500 euros. Sin copas ni florituras. Un día le contare el chiste del caballo que entro en un bar.
Trump contra el AOVE
Imagino a ese 'ser' desayunando cada día. Huevos plancha sobre margarina (ver receta mía en IDEAL, 20 octubre 2019). Varias lonchas, flácidas, de beicon ahumado. No creo que sea panceta veteada e ibérica crujiente. Chile con carne, panqueques o famosas tortitas, las gachas de avena y en ocasiones las tostadas de pan de molde. Por sus formas presumo que es un gran epulón. (Ver RAE)
Daño verídico
Las principales empresas del sector del olivar andaluz no ocultan su preocupación por los efectos de los aranceles del 25% de Estados Unidos a la Unión Europea para compensar las ayudas que algunos gobiernos dieron a Airbus (España, Francia, Alemania y Reino Unido). Esta imposición, que ya se aplica, está causando una enorme preocupación entre los productores y comercializadores tanto de aceite de oliva envasado como de aceituna de mesa, que son los más perjudicados. Tanto es así que ya hay empresas oleícolas que están sufriendo cancelaciones de pedidos. Es lamentable que por una disputa aeronáutica pague el sector agroalimentario y sobre todo el español.
¿Todo incluido?
Tengan cuidado y lean la letra pequeña. Se lo digo siempre. Leo continuas ofertas de viajes con la anotación del 'todo incluido' y un pequeño asterisco que indica leer muy bien las reglas en letra muy pequeña de la oferta. Un ejemplo real. Crucero: 559 € . Tarifa aérea turista: 410 €. Tasas y otros cargos: 220 € (ojo a lo de 'otros cargos'. Cargos por servicio y administración: 77 €. Total 1 pasajero: 1.266 €. A esta cifra hay sumarle las excursiones. Ya que estás allí, no es cosa de quedarse en el barco encerrado. Aunque hay barra libre de determinadas bebidas. Y como siempre, las comidas van en el precio. No leo lo de la propina obligatoria, aunque le hayan atendido bien o muy mal.
Ardid y baruca
En un crucero de lujo que hice en el año 2000 por el Nilo, me negué rotundamente a dar propina al 'artista' que nos había toreado todo el viaje. Y me salí con la mía. A cambio, y como no me daban hoja de reclamaciones, hice un escrito a la Policía Turística de Egipto, con copia al director del crucero. Por supuesto, como Logitravel y Apartamentos Arena Dorada de Lanzarote, hace poco, se lo pasaron por el forro. Era un infracción en toda regla pues ofrecían servicios que no existían: parking privado gratis, wifi, aire acondicionado, restaurante, y un largo etcétera.
Memoriales de gastronomía
Premio Marqués de Desio. Al mejor empresario de la restauración española: Quique Dacosta. De origen extremeño, pero valenciano de adopción, ha triunfado con su gran restaurante de alta cocina. Premio Conde de los Andes. Al mejor creador artístico relacionado con la gastronomía: Íñigo Méndez de Vigo. Desde su larga trayectoria en la vida pública y la administración ha apoyado siempre la difusión de la cultura gastronómica. Premio Gregorio Marañón. Al mejor científico en el campo de la alimentación: Carmen Rodrigo Presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Premio Víctor de La Serna. A la mejor labor de promoción y difusión de los vinos españoles: Miguel Torres Maczassek.
Más apartados
El Premio Marqués de Busianos. A la presencia de la gastronomía española en el mundo: Paco Pérez, cocinero y dueño del Hostal Miramar. Premio Paco Torreblanca. Al mejor pastelero: Vicente Ascaso. Fundada hace 129 años. Premio Marquesa de Parabere. A la iniciativa editorial vinculada con la gastronomía: Librería Aliana. Y el Premio Néstor Luján, a la entidad gastronómica del año: NH Hotels, que ha convertido la gastronomía no sólo en uno de los pilares de su oferta hostelera, sino que le ha dado un protagonismo pionero en el sector.
Hotel Alvear Buenos Aires
Dos vivencias me traen este lujoso hotel a mi memoria. Una personal y otra profesional. Me gustaría empezar con la más sensorial. La primera vez que subí su escalinata, tras llegar al barrio de Recoleta, me gustó. Me recordaba a Europa. Esa que tanto imitan los argentinos. El Palace Alvear lleva el mismo apellido de la famosa bodega de Montilla. Eran familia, pero el Alvear bonaerense fue político y altísimo dirigente en Argentina. No hotelero. Este hotel, en el corazón elegante de la capital porteña, está decorado a la usanza de los grandes hoteles mundiales. Ubicado en la ciudad de Buenos Aires, fue inaugurado en 1932, tras casi diez años de diseño y construcción. Desde 2003 es Patrimonio Arquitectónico e Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. En el décimo piso se inauguró posteriormente un restaurante con terraza, llamado Roof Garden, luego demolido para construir más habitaciones en el año 2003. Mi estancia privada así queda. La otra fue cuando llevé, por encargo, a Dani García y su nitrógeno líquido a dar un almuerzo representando Andalucía. Si va por allí, aunque sea, tómese una copa de vino Torrontes. Sus habitaciones pueden ser eclécticas o barrocas, pero tiene la buena escuela de saber cuidar a sus clientes. Cosa que alguno debería aprender. Nunca se sabe cuándo alguien quiere gastar dinero o sólo comer de trabajo. Sean felices y cuidado en dónde se meten.
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