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pablo amate
Sábado, 7 de septiembre 2019, 00:56
A mí septiembre me ha gustado más que las bullas del ferragosto. Siempre trabajo en agosto. Bueno, en agosto... y todo el año. No sirvo ... para estar tumbado. Por eso nunca desconecto de la realidad y no se me va de la cabeza lo que estarán pensando, si han tenido la vergüenza torera de hacerlo, el responsable y 'dueño' del restaurante que intoxicó en Granada a 24 personas, con severas patologías. Qué estarán pensando, si lo hacen, esas mismas personas que silenciaron el grave caso, presuntamente a cambio de algo, tapando a un negocio hostelero que ha tenido más infracciones, incluyendo su cierre por diversos temas, pero siempre camuflado.
Reitero que nadie, salvo un asesino o un enfermo mental, quiere intoxicar a sus clientes. Pero lo indignante es que, cuando sucede, como es el caso de la listeriosis, en vez de aportar soluciones y ayudar a eliminar los productos envenenados, la empresa y/o restaurante siempre quiere esconderlo y taparlo. Como se ha visto en el caso de la carne mechada o del restaurante granadino, con la aquiescencia de los propios infectados. No me cabe en la cabeza que haya personas tan perversas como para comprar voluntades y personas que se dejen comprar. Y en el caso de empresa sevillana, seguir escondiendo productos, a sabiendas que estaban presuntamente contaminados.
En el caso de la listeriosis, ya ha provocado tres muertos, doscientas y pico personas enfermas, algunas ya en el extranjero; abortos y lo que no se sabe. Y los políticos echándose la culpa unos a otros sobre las responsabilidades que tienen por ley. Somos un país extraño, por usar una expresión muy suave. La ética profesional se conoce lo justo, y a veces, ni eso. No critico y clamo por lo acontecido. Mi repulsa va dirigida con todas las fuerzas a los individuos que involuntariamente causan una enfermedad y hasta muertes y, aun así, quieren seguir escondiendo, engañando a todos. Cuando le dio la gran diarrea conduciendo a uno de los intoxicados en el restaurante de Granada; ¿qué pensaría en aquel momento, cuando se le llenó el coche y su mente de mierda?
Vayamos a cosas gratas. De igual manera que en su día critiqué lo decrépito y peligroso que estaba el bus Premium de Granada a Madrid, presuntamente con más de dos millones de kilómetros, ahora felicito a Alsa por haber incorporado a su flota de Premium, Granada-Madrid, desde abril, un autobús nuevo. Como siempre, el equipo humano de conductores y tripulación, como Jessica, son muy amables, a pesar de los duros horarios. No creo que el AVE, por el camino –vías– que va, quite clientes al bus por su variedad de horarios, la atención personalizada con prensa y la comida/desayuno y aperitivos incluidos en el precio. El AVE, mientras que no mejore todo lo que contaba la semana pasada y ponga su precio sin descuento, no lo va a tener fácil. Ya les contaré en breve.
Hace un par de días, los informativos de televisión contaban –como si fuese una novedad de última hora– que este verano muchos restaurantes se habían quedado con mesas reservadas sin que aparecieran sus clientes. Este tema, véase hemeroteca, lo he tratado en múltiples ocasiones, dando la solución óptima. Y nadie ha hecho nada por solucionarlo. Está claro que, a quien le corresponde legislar y solucionar este problema, no se ha inmutado. ¿Para qué sirven las federaciones de hostelería? ¿Y las delegaciones de turismo de cada Comunidad? ¿Y el gobierno de España, que aún no ha creado un Ministerio del ramo, a pesar de ser una de las industrias que más ingresos generan a las arcas del Estado, junto a miles de puestos de trabajo? Por cierto que, este año, a final de agosto se ha echado a gran cantidad de empleados. El peor fin de verano desde hace tiempo, pero los restaurantes siguen abiertos.
Aunque ya no bajan los precios de los viajes y hoteles, dado que la demanda es grande. Son muchas las personas que, por diversos motivos, prefieren tomarse este mes de vacaciones y trabajar en agosto en su despacho, con aire acondicionado, estando las ciudades algo más tranquilas. Lo bueno de septiembre, hasta ahora, es que podías aparcar, tener mesa en el chiringuito y, si no te cae una tormenta, el clima suele ser menos extremo. En los aeropuertos y estaciones varias hay menos gente y menos huelgas. Las cuales apoyo, pero cuando viajas con niños y como es costumbre, nadie se hace cargo de absolutamente nada. A las compañías les sale más a cuenta pagar la multa que atender las reclamaciones de los pasajeros. Les recomiendo, por mi lamentable experiencia, no usar Logitravel y, aunque no he viajado ni viajaré en Ryanair, sé la miseria de sueldo que les pagan a sus pilotos y tripulaciones de cabina.
Bueno, en realidad somos los segundos, tras Gran Bretaña, pero como ésos volverán a no ser Europa en breve –hay que ser prepotentes– no cuentan. Eso sí, bien que usan nuestros servicios de salud, casas y todo tipo de ventajas, pagando sus impuestos en su isla. Pues ya saben, que hemos logrado que seamos los más gordos, pero gordos enfermos, dado que esa obesidad mórbida es causante de varias enfermedades y puede llegar al extremo de provocar la muerte. La culpa es de los padres, tutores y profesores. Cada uno en su rango de responsabilidad. Siempre pongo como ejemplo el colegio Virgen de Fátima o el Mulhacén, de los que conozco, que se preocupan por educar nutricionalmente.
Para mí, sólo hay dos hoteles en Mónaco. El Hotel de París y su hermano, el Hotel Hermitage. Hoy les contaré del Hermitage. Para mí, quizá es el más auténtico de la Belle Epoque, nombre que recibe su restaurante principal. Mi relación de tantos años me permitió convencerles para que su gran jefe de cocina y parte del equipo vinieran a nuestra tierra, gracias al mecenazgo de un gran amigo. Dieron una sola cena, espectacular, en un hotel de Granada que era bueno. Todo está en la hemeroteca. Me gusta para ver la prueba de Fórmula 1. Montecarlo es el único circuito donde se vive, se oye y se huele en directo la mejor carrera del mundo. Disfruto los entrenamientos desde el balcón de la habitación que siempre elijo. Miras al puerto y tienes vista desde Santa Devota hasta la curva del Casino. Mucho mejor que la vista del Hotel de París. Pero no voy a Montecarlo todo lo que quisiera.
Su nombre siempre me recuerda al museo de San Petersburgo, en Rusia, donde me cautivó un cuadro de Pissarro que no puedo olvidar. Ubicado en un palacio catalogado como monumento histórico, este lujoso hotel de estilo Belle Epoque se encuentra a 200 metros del casino de Montecarlo. Posee un jardín de invierno, así como un spa de 6.600 m² con agua de mar y sesiones de sauna, mientras que el centro de fitness ofrece vistas panorámicas al mar. Tras registrarme en recepción, dejo mi equipaje al mozo y realizo mi rito en su bar inglés, tomar mi primera copa de champán. Cuentan con muebles de la época (¿por qué el Ritz de Madrid vendería los suyos?) Hay tres tipos de vistas desde las habitaciones: a la ciudad, al jardín o al mar. En su sillones de cuero del Crystal Bar se sirven los mejores vinos del mundo que se conservan en la cava secreta del Hotel de París. Ésa será otra historia. Los huéspedes pueden disfrutar de la cocina gourmet en el restaurante Vistamar, que tiene una terraza con vistas al puerto. Cocina mediterránea donde usan el maravilloso aceite de oliva virgen extra que se produce en la comarca nizarda. Además, el Limùn Bar cuenta con pasteles recién horneados. Y puede ser recogido en el aeropuerto de Niza en coche o en helicóptero. En ese hotel conocí a Samaranch y su esposa. Estaban 'de trabajo'. ¡Que suerte de trabajo! Sean felices y ojo con lo que comen por ahí.
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