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Ganas de viajar, vivir, comer, pero con sentido

Ganas de viajar, vivir, comer, pero con sentido

Dimes y diretes de los sabores ·

Vemos anuncios en muchos medios de comunicación que nos incitan a volver a salir de casa. Hacer la maleta y conocer o repetir destinos. Pero no hay 'duros a cuatro pesetas'

pablo amate

Domingo, 20 de octubre 2019, 01:47

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Si un vuelo 'está tirado' de precio, tiene su pega, igual que los hoteles, aunque falten hamacas en la playa. Ya me dirán para qué sirven si cierran los alojamientos.

No a Ryanair

Espero no me traiga problemas evacuar mi opinión sobre esta compañía. Lo traigo a colación de esas ofertas de precios que tan baratos ofrecen. Pero que si hay que dejar tirados en cualquier parte del mundo a miles de pasajeros no les preocupa. El afán de viajar en avión a países insólitos de los que vienen rumiando toda clase de quejas. Futuros compradores de esta compañía, si compran un billete barato, todo lo que le ofrezcan a cambio será de esa calidad. Después no se rasgue las vestiduras. Que le quieran cobrar por cualquier cosa imaginable o inimaginable. Easy Jet cobra por no llevar impresa o en el móvil la tarjeta de embarque. Todas estas compañías 'de bajo precio' (en español, por favor) cobran por llevar aunque sea una bola y la maleta reducida. Y presuntamente cobran a ciertas capitales por volar a ellas.

Premio a la cultura

Me produce satisfacción poder contarles buenas noticias. El prestigioso Premio Conde de los Andes que se concede 'a la entidad o persona del mundo de la cultura relacionado con la gastronomía', ha sido el exministro y vicepresidente de la Cofradía de la Buena Mesa, Don Iñigo Méndez de Vigo, barón de Claret. La Cofradía de la Buena Mesa fue fundada por el Conde de los Andes y Gregorio Marañón en el año 1954. Que en la actualidad preside la Marquesa de Poza, Ymelda Moreno de Arteaga, hija del Conde de los Andes. Nuestra felicitación por tan merecido premio a una persona cercana siempre y amigo de sus amigos. Cuando come y tiene un acto después, se pone la servilleta al estilo castizo.

Mirador más bello

No hay manera. La gente, hasta los que escriben, sean o no periodistas, se dejan influir desde el ordenador para recomendar destinos, restaurantes y/o países en los que nunca estuvieron. Es mucho más barato hacerlo así que viajando, probando y caminando por sus rutas y calles. Ahora una revista de viajes ha concedido el premio «Al mejor atardecer de España» al que se aprecia desde el Mirador de San Nicolás. Si ese es su punto de vista no seré yo quien le quite esa opinión. Pero estás presuntamente muy claro de que esa elección ha sido copiada de la visita que propició el alcalde Gabriel Díaz Berbel al presidente Clinton y a su esposa Hillary.

Metida doblada

Cuento esto, pues es veraz la fuente que me lo narró en su día. Yo estaba también allí, en el sitio que se me indicó. Se acercaron el Rey Juan Carlos con el presidente Clinton a la hora prevista del crepúsculo, junto al alcalde Díaz Berbel y un paso más atrás el jefe de la Casa Real, el aristócrata granadino Fernando Almansa. Clinton mira la Alhambra, la ciudad y a su alrededor. Acercó su boca al oído del Rey Juan Carlos. Este sonrió y volvió el séquito de regreso. En un momento don Juan Carlos hizo una señal y comentó a una persona de su total confianza: «¡me la habéis metido doblá!» (sic) Después se supo que a Clinton, el mirador que le gustó, fue y era el de San Cristóbal.

Así se escribe la historia

Leo en un costeado libro historias de interesantes bodegas que complementan recetas imposibles de hacer por cocineros 'de los que anuncian todo lo que le paguen'. Personas listas, algunas inteligentes, pero nunca vi, y ustedes me corrigen, a Juan Mari Arzak anunciando ollas, dentistas, hamburguesas de franquicias; y para que seguir. Y en este bonito libro, el señor Jesús Jiménez, enólogo de Numanthia de Toro, debajo se nombre, pues no se si él ha dado este dato, pues escribir el texto presuntamente no lo ha hecho, se reseña: 'El primer vino que viajó a las Américas era de Toro. Colón lo embarcó en la carabela La Pinta porque lo aguantaba todo: ni se picaba ni se estropeaba.'(sic). Indico, tras leer incunables en la Biblioteca Nacional, que los vinos se repostaron de Huelva y Canarias. ¿Hay Tinta de Toro plantada en Sudamérica?

¿Por qué el tuteo?

Ahora que se ha logrado, gracias a la sensibilidad de los galenos y demás personal sanitario, no tutear a los pacientes. Ahora que gran parte de nuestra juventud habla de usted a los mayores, no comprendo y es del todo incorrecto que, cuando vas a un bar o cafetería o restaurante, los empleados tuteen a los clientes. No soy de los que necesitan me llamen de usted. Pero yo a los alumnos les hablo de usted. El colmo es un documento bancario donde me dicen, tuteándome, que me van a subir las comisiones por tener mi dinero en su banco. Cuando tenga tiempo voy a ir al banco y al director le diré: ¡Oye tú!

No saber servir

No hay manera. Y se nota la falta de profesionalidad de muchos dueños de restaurantes. El otro día, tras una cena con mis compañeros de trabajo pedimos unos gin tonic de Martin Miller y tónica. El amable camarero apareció con las copa a tope de cubitos de hielos, gordos como icebergs, con un líquido blanco que podía ser agua con ginebra, rodaja fina de limón. Y menos mal, que la tónica venía sin servir. El cliente no sabe qué ginebra le ha puesto el camarero. Solo puede fiarse de la nobleza y profesionalidad de él. Pero así no se hace. Jamás. Alguien tenía que haberle enseñado a esta persona cómo se debe realizar el servicio.

300 euros al año

Antes de contarles la magia del hotel con leyenda de esta semana, doy un dato y cuento mi desilusión. Ésta es la cifra que un medio de comunicación nacional señala que cuesta cada persona con obesidad mórbida a todos los contribuyentes. El tratamiento del sobrepeso y las enfermedades que conllevan. Un dato indica que 'más de la mitad de los españoles tiene sobrepeso'. Por eso me molestó el tono jocoso y de chunga con que Juan Manuel de Prada, gran escritor, quitó toda importancia a esta grave y costosa enfermedad

El Danieli de Venecia

Son muchas, que no demasiadas, las veces que voy a la ciudad que se hunde. La primera, joven con lo justo, dormí extramuros. A partir de ahí decidí que la magia de esta decrépita urbe, que se odia o te atrapa, era al irse los turistas. A partir de las siete de la tarde se extinguen como una niebla, liberando sus stradas y piazzas famosas o recónditas. Algunas quedan yermas de humanos. Cada vez hay menos familias que viven en su casco ancestral. Tanto que da miedo pasear al caer la noche. Bastante miedo. En uno de mis penúltimos viajes con una pareja amiga, decimos tirar la casa por la ventana y cenar en Florian, con su champán, y pedir a su orquesta que tocaran 'Granada'. Tuvo 'pellizco' saber que, pagando, podías disfrutar de los cinco sentidos en la inverosímil Venecia. Por eso, cuando me alojo en el Danieli, traspaso el umbral del tiempo. Su salones y la escalinata rezuman una pátina de leyenda antigua.

El Palazzo

Quizás porque representa todo lo que se espera de un edificio veneciano. Antiguo y a sólo 50 metros de la Plaza de San Marcos, aunque no lo parece. Su fachada da a la Riva degli Schiavoni y se llega por tierra o, mejor, en lancha. Por supuesto, es un palazzo, la duda en Venecia ofende. O mejor, son tres palacios unidos. El Danieli era una propiedad original, allá por la Edad Media, de los Dándolo, familia noble. Sus miembros se pelearon varias veces, pero el palacio, más o menos repartido fue siempre un espacio clave en la vida social veneciana. El tiempo pasó y no siempre para bien. En 1822 llegó el hotelero Giuseppe Dal Niel from Friuli, al que llamaban Danieli; alquiló la segunda planta y la convirtió en hotel. Funcionó y compró el triple palacio. Entonces el Danieli, restaurado para conservar la pompa del pasado, se convirtió en lo que hoy es, una gloria local.

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