Una mirada retrospectiva a ese 2019 que acaba de terminar nos deja la visión de un año intenso en lo gastronómico. Al menos para mí. Alrededor de trescientos restaurantes visitados, tanto ilustres estrellados como modestas casas de comidas de España y de otros países, entre ellos México y Colombia. Mirando hacia estos últimos doce meses veo magníficas experiencias, pero también grandes decepciones. El mundo gastronómico se mueve (y este año se ha movido mucho, al menos en Madrid), pero no siempre lo hace en la dirección adecuada. No bastan grandes inversiones para lograr que un restaurante sea bueno. Incluso las mayores decepciones han llegado de establecimientos en los que se barajan cifras millonarias, a veces absolutamente desmesuradas.
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Los más de 40.000 euros que paga de alquiler mensual el restaurante de un renombrado cocinero, por mucho que esté en la 'milla de oro' (comercial y gastronómica) de Madrid, no dejan de ser una barbaridad. Eso lleva a que en muchas de las aperturas de este pasado año resulte difícil comer razonablemente por menos de cien euros por persona. Cantidades que no está muy claro que puedan absorber siquiera grandes ciudades como Madrid. Alegra ver tanto movimiento, pero a la vez debemos preguntarnos si no se está formando una nueva burbuja que al estallar se llevará por delante muchos negocios.
Pero vamos con las mejores experiencias de 2019. Un año en el que no he estado en El Celler de Can Roca, mi favorito en 2108. Lo visitaré en los próximos días porque he preferido esperar para conocer a la vez su nuevo Casa Cacao y el hotel anexo que está a punto de inaugurarse. Por suerte, la gastronomía española va mucho más allá de los Roca.
Si tengo que elegir las diez mejores comidas de este año en España me quedo con las de Annua, Atrio, Azurmendi, Casa Gerardo, Casa Marcial, Disfrutar, Iván Cerdeño, Lera, Maison Lu y Nerua. Citadas por orden alfabético. Añadiría, por lo que tuvo de emocionante, la despedida en Dani García. Y en Madrid, las de Diverxo, Santceloni, Coque, Kabuki Wellington y Punto MX.
A estos primeros espadas añadiría casas donde el producto es el rey. Por ejemplo Los Marinos José (Fuengirola), el Real Balneario de Salinas (Asturias) o el nuevo Estimar y La Tasquita de Enfrente (Madrid). Cocinas de mucha categoría como las de Nado (Coruña), Gunea (en las afueras de Avilés) o La Cosmopolita (Málaga). Y agradables sorpresas como Monte San Feliz, (Pola de Lena) o Sobretablas (Sevilla). Incluso tabernas como Nanita, de Paco Morales en Córdoba. Son sólo algunos mínimos apuntes de un año gastronómico. Ojalá este 2020 siga la misma senda.
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