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Gourmet | Almería | Ratatouille de invernadero, por África Mateo: La tapa, desterrada
Ratatouille de invernadero

La tapa, desterrada

África Mateo

Almería

Jueves, 2 de febrero 2023, 23:23

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Hay varias versiones sobre el origen de la tapa. La más sólida se remonta al siglo XIII, cuando su médico prescribió a Alfonso X, convaleciente de una enfermedad, beber vino para recuperarse. El monarca lo tomaba acompañado de pequeños bocados para evitar el efecto del alcohol. Y le gustó tanto que ordenó que en los mesones se sirviese el vino con una pequeña porción de comida. La tapa, muy pequeña, se colocaba sobre la copa o el vaso, para evitar los insectos en el vino. También se atribuye la tapa a Alfonso XIII, que durante una visita a Cádiz y con un fuerte viento soplando, pidió una copa de Jerez y el camarero, temiendo que la copa se le llenara de arena, la 'tapó' con una loncha de jamón.

Esta práctica fue derivando en una atractiva costumbre que se ha vendido incluso como reclamo turístico en la mayoría de las provincias andaluzas, con la peculiaridad de que en la zona más oriental (Granada y Almería), se ha mantenido como cortesía, es decir, gratis, en numerosos establecimientos hosteleros. En el caso de la provincia almeriense se estableció incluso la costumbre de dar a elegir al cliente entre una infinita retahíla de propuestas que dejaron de ser 'pequeñas' y que abandonaron las barras para servirse en mesa. Y entonces llegó el desastre para el hostelero. Poca o nula rentabilidad, más trabajo derivado de la rotación y poca satisfacción del cliente, porque por mucho que se incremente el precio de la bebida, es muy difícil ofrecer calidad (duros) a cuatro pesetas.

Hemos visto en las últimas décadas cómo se ha perdido el rastro del mejor producto de Almería, nuestro 'kilómetro cero' que es excepcional, en la mayoría de barras y mesas de Almería. Y parece lógico, porque ¿cómo arriesgar a comprar un producto que no se va a vender si la gente sale a comer de tapas? ¿Cómo poner una gamba roja de Garrucha junto a una cerveza cobrando apenas 3 euros? Algunos empezaron hace años a ofrecer tapas cobradas, pero tampoco es la solución a la escasa rentabilidad de la hostelería de Almería que se lleva por delante varios cientos de establecimientos cada año.

Un cocinero tarda lo mismo en cocinar y emplatar una tapa y una ración. Pero lo más gravoso es el capítulo de personal. Servir tapas en mesa es la gran ruina de los bares almerienses. La suerte es que la pandemia cambió los hábitos de los clientes, que ya que arriesgaban su salud saliendo a la calle, optaban por algo más que una tapa. Y este cambio en los hábitos ha favorecido a la hostelería de Almería que ve cómo el cliente quiere disfrutar, quiere una experiencia, un buen vino, bien servido y si está bien acompañado mejor. Desterremos la tapa gratis, haremos un favor a nuestros hosteleros y comeremos mucho mejor.

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