El verdadero lujo no está en lo que se hace, sino en lo que se siente

Miedo me da encontrármelo en cualquier parte. Cierto que Alberto nunca fue un mar de risas, pero nunca fue tan regañón, prepotente y retumbante. Y ese era su pequeño afecto y algún que otro plato que hacía. Era natural, sencillo y cercano. Pero la televisión y la fama, que se deben saber digerir, hacen daño. Pocos casos subsisten en el candelero. Alberto rezuma acíbar. Se ha metido tanto en su papel que al hacer un anuncio de quesos, echa tal bronca que te quita la gana de comprarlo. En el mundo cocineril creo que solo conozco a menos de cinco que siguen siendo ellos: Juan Mari Arzak, Pedro Subijana, Hilario Arbelaitz y el mejor del mundo, Joel Robuchon.

No logro imaginar lo que echaría por la boca mi querido Alberto Chicote cuando aprecia que las webs que hay en internet para sacar y comprar billetes de avión, reservar hoteles y apartamentos, alquilar coches y mucho más; tienen truco. Por trabajo, casi todas las semanas tengo que volar a variados destinos. Lo que me acaba de suceder es con Atrápalo. Veo un vuelo que me interesa, relación precio, aunque es una compañía de bajo coste, no de las peores. Pero Atrápalo usa sus presuntos trucos. Primero, y saco todas las semanas billetes de transporte y hoteles, veo buen precio, pero solo puedo usar para el pago un tipo de tarjeta que no conozco. Si no, recargo en el precio.

Segundo, me soplan 54 euros más por no usar esa tarjeta. Tercero, me ofrecen reiteradamente que compre servicios. Y si quiero asiento concreto, a pagar. Intento pedir que me manden factura y el sistema me torea de mil maneras, así que me rindo y me quedo sin factura, ante el temor de no tener vuelo. El problema que tenemos es el tiempo. Nuestras prisas por trabajo. Pero les recomiendo a todos los que puedan que miren primero en internet y después vayan a una agencia de viajes particular, de las que quedan. Hablará con una persona humana. Podrá consultar y si hay problemas, vuelva a internet. Sabiendo que eso es lo que hay: manipulaciones.

Cada vez resulta más penoso hacer un vuelo. Huelgas de todo tipo en cualquier aeropuerto de España y el mundo, donde te dejan tirado sin pudor ni responsabilidad. Lo he escrito alguna otra vez. Una gran empresa con un bufete de abogados contratados con franquicias, no en exclusiva, le indica a la flagrante empresa aérea, presuntamente, que sale más a cuenta pagar la multa al estado que abonar los gastos legales que les corresponden a los pasajeros. Gastos físicos, alimentarios, alojamiento y sobre todo, morales. Las tripulaciones atienden con desgana, dado el sueldo bajo que cobran por la cantidad de horas que trabajan.

Dani García no tiene tres estrellas Michelin, como informa la siempre agradable publicación Hola, que refiere el menú que sirvió el cocinero marbellí en la boda del tenista Feliciano y su pareja Sandra. Ya sea la revista, mal documentada, o quien ha pasado la información, han querido realizar un fatuo favor al menú que organizó Dani García. Seguro que de él no partió la idea, pero alguien ha puesto mucho más caro el precio del cubierto. Sí añadía la rechazada públicamente calificación de 3 estrellas, directa y personalmente por Dani. El fenómeno de vender la moto para cobrar más caro como intermediario, seguro que no le quitó calidad al banquete. Pero mi comentario va dirigido a todos los que tengan prevista una celebración. Mucho cuidado con quien se la organiza.

Comentaba el diario hermano Sur de Málaga un curioso tema: ¿se pueden reutilizar las botellas de plástico? ¿Es recomendable en términos de higiene? Desde publicaciones especializadas como Consumer de grupo Eroski aseguran que no. ¿Sus argumentos? «El peligro está sobre todo en dos sustancias: el bisfenol A (BPA), que se añade para hacer un plástico duro y transparente, y los ftalatos, que se agregan para conseguir un plástico blando y flexible. Ambos elementos son disruptores endocrinos, compuestos que pueden tener riesgos sobre la salud cuando se rellenan las botellas de agua más de una vez», señalan en Diario Sur.

Confieso que me conozco bien esos estudios avalados por departamentos académicos o similares. No se pide mentir. Sólo contar lo bueno. Y eso es que cada vez compremos una botella nueva. «Muchas personas reutilizan las botellas de agua. Este gesto, que puede parecer inofensivo e inocuo, debe hacerse con precaución, ya que este tipo de recipiente, en la mayoría de los casos, no está preparado para usarlo más de una o dos ocasiones», añaden desde la citada publicación. ¿Qué opinan ustedes? ¿Verdad que da la impresión que nos vuelven a tomar el pelo?

No hay manera. Muchas cooperativas y almazaras omiten el tipo de aceitunas que componen el líquido que hay en la botella. A mí no me produce confianza alguna quien omite este dato fundamental; y además ponen muy pequeño el nombre donde se elabora, pueblo y provincia. Eso es querer pasar disimuladamente. No estar seguro de lo que vende y evitar ser identificado lo más posible. Todavía hay mucho que limpiar en el mundo oleícola. Esas llamadas fábricas, si quieren triunfar en el mercado internacional, tienen que usar como el arma secreta sólo una: calidad y verdad. Y digo una porque ambas están unidas hasta que el negocio las separe. Sean felices.