Con las manos, con las sobras, en la cocina, corazón de nuestros hogares, Marcos Pedraza, de Ruta del Veleta,y Álvaro Arriaga, comparten recetas íntimas, de toda la vida
marcos pedraza y álvaro arriaga
Sábado, 16 de mayo 2020, 03:15
Después de todos estos días de estar en casa, Álvaro, creo que te pasará como a mí, que te resulta extraño pasar tanto tiempo en ella. Y, por supuesto, para cocinar tantos días en nuestra casa debemos exprimir todas las ideas para mantenernos activos en la cocina. Por tanto, esta semana en la que volvemos te propongo darle una segunda vida a las elaboraciones que nos sobran. En mi caso particular me está costando calcular para cuatro comensales, pero día a día lo voy consiguiendo.
Pero casi nos sobra comida. Por eso no debemos tirar nada. Tenemos que afilar el ingenio y elaborar algo con lo que no hemos comido, siguiendo estas premisas:
1. Cocinar con sabor. Es decir, que todo aquello que elaboremos siga manteniendo su sabor original con las variaciones que queramos.
2. Buscarle un sentido. Hay que elaborar una segunda preparación con sentido. No vale mezclar muchos ingredientes para sacar algo diferente.
3. Una buena presentación. Que llegue a la mesa de una manera diferente para captar la atención de nuestros comensales.
4. El reto de la originalidad. Es el punto imprescindible y el más importante. Si no se pueden llevar a cabo los tres pasos anteriores, mejor servirlo tal cual, en su forma original.
Por todo ello, Álvaro, con el cocido de garbanzos que me sobró el pasado miércoles vamos a darle una segunda vida y lo transformaremos en un aperitivo o primer plato muy rico y apetecible.
¡Vamos allá! Volvemos a calentar y, una vez calientes los garbanzos, los recuperamos con la carne y elaboramos una masa de unas croquetas.
En una sartén, poner un poco de aceite y pochar media cebolleta y medio diente de ajo. Añadir los garbanzos escurridos, saltear y añadir un tomate pelado y picado, dejar saltear durante tres minutos, triturar y añadir el caldo del cocido poco a poco hasta obtener una pasta homogénea. Podemos aderezar a la hora de servirlo con un poco de pimentón y una ralladura de lima.
Para acompañarlo cortaremos en bastones una zanahoria, medio pimiento rojo y medio pimiento amarillo. Además, con una tortita de maíz que encontré en el congelador elaboramos unos crujientes, simplemente secándolos en el horno a 100ºC durante quince minutos.
Servir los garbanzos y acompañar con la verdura y los crujientes de maíz. Una maravilla.
Confinamiento 'madre'
Bueno ya parece que sale el sol. Ya nos ponemos de cara al sol a recibir vitaminas de todo tipo de letras, A, B, C, D, para que se nos vaya ese color de piel de marciano verde pistacho y a intentar alegrar esa cara.
¿Te acuerdas que en el último artículo os hablé de la masa madre? Muy de moda se ha puesto, esta 'madre' durante estos dos meses. Incluso he llegado a ver negocios vendiendo masa madre.
Yo, a parte de cuidarla, la he intercambiado con un amiguete, con Daniel Fajardo. Ahí hemos estado picados con nuestras queridas 'madres', pero de masas. El reto era a ver cuál de los dos conseguía tener una masa madre más activa. Este Dani, que no es panadero, he de reconocer que me ha ganado en la batalla de las masa madres. Y eso que la mía llegó a ser una maravilla (la de la foto es mi masa madre). Pero además de masas madres, mucho pan se ha hecho. Mucha gente lo ha elaborado. Otros, en cambio, han preferido ni intentarlo. Esa frase de «amasado francés», ya les asustaba.
Tras realizar varios tipos de panes diferentes con masas diferentes, me centré en un pan sencillo y rico, un tipo de baguette, rústica y muy sabrosa. Sin grandes problemas ni amasados. Casi todos los días hacía este pan en casa. Sobre todo en esos quince días de encerramiento total. Todavía estás a tiempo. Así que te traigo esta receta que he ido probando durante el confinamiento.
Pan con masa madre
La masa y el pan de Alvaro Arriaga.
Ingredientes
–550 grs. de harina de fuerza, que se vende en grandes superficies.
–450 ml. de agua. Para evitar problemas de durezas con el agua, uso un agua blanda de botella. El agua tiene que estar entre 25 y 30 grados
–9 gramos de levadura fresca de panadería, que se vende en grandes superficies.
–10 gramos de sal
–50 gramos de harina de espelta integral. Le pongo los 50 gramos de harina de espelta integral para aumentar el sabor al pan. Al ser un pan sin masa madre, la harina integral, y en este caso de espelta, le da un empujón de sabor y olor que es una maravilla. También venden esta harina en las grandes superficies. En caso de no tenerla, no pasa nada, se pone 50 gramos más de harina de trigo y listo. Como ves, todos es sencillo de conseguir.
Elaboración
Pues lo siguiente es aún más fácil. Nada de amasar, solo mezclar. Primero vamos a diluir la levadura en el agua. En un bol, tamizamos la harina, añadimos la sal. Sobre la harina vamos añadiendo poco a poco el agua con la levadura y con la mano o una espátula vamos mezclando.
Una vez todo bien mezclado, pasamos esta masa a un bol que previamente hemos untado con aceite de oliva, esto lo hacemos para que la masa no se pegue. Una vez colocada la masa en el bol, tapamos el bol con plástico film. Metemos en el frigorífico y lo dejamos fermentar durante 14 horas. Yo solía hacer esta mezcla a las 21:00 h., así metía el pan al horno sobre las 11:30 h. de la mañana del día siguiente, para tenerlo listo para comer.
Una vez pasado este tiempo, sacamos la masa a la mesa de la cocina que previamente hemos enharinado. Extendemos la masa y hacemos y damos forma a tres barras, espolvoreamos las barras con harina, tapamos con un paño de hilo y dejamos reposar unos 30 minutos. Entonces encendemos el horno a 250 grados.
Pasados los 30 minutos, con cuidado, pasamos las barras a la bandeja del horno que le hemos puesto un papel de horno, y en la otra bandeja de horno, la colocamos debajo de esta y le ponemos un vaso de agua hirviendo para dar humedad al horno.
Cocemos las barras a 250º durante 10 minutos. Después de ese tiempos retiramos la bandeja de abajo, a la que le habíamos puesto el vaso de agua hirviendo. Reducimos la temperatura a 200º y dependiendo del horno tendremos las barras unos 20 ó 25 minutos más. Pasado el tiempo sacamos las barras y dejamos enfriar sobre unas rejillas. Una vez enfriado el pan, veréis que son una maravilla de barras. Para unos bocatas, son riquísimas. ¡Una miga y una corteza de 10! #ÑamÑam
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