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Propuesta de emplatado para las croquetas con queso. :: R. I.
A todo el mundo le gusta una buena croqueta

A todo el mundo le gusta una buena croqueta

Son uno de los platos más representativos de la cocina española además de ser un perfecto aperitivo para cualquier ocasión

R. I.

Viernes, 23 de agosto 2019, 21:36

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En Granada se vive el mundo de la croqueta con especial devoción y es por ello que en el año 1988 se crea en Huétor Tájar una de las empresas españolas que mayor oda a este suculento bocado brinda. 'Ole mis croquetas' es una empresa 100% granadina que forma parte actualmente del grupo empresarial Cárnicas Genil. Desde sus inicios viene trabajando con un único objetivo: satisfacer a sus clientes y no defraudar la confianza que depositan en ellos. Esto lo consiguen utilizando sólo materia prima natural y de calidad, elaborando los productos de la manera más tradicional y artesanal posible y consiguiendo así otro de sus grandes objetivo, poner en la mesa la mejor versión de croqueta posible para sus clientes.

Especializados en la elaboración, producción y comercialización de productos cárnicos manteniendo unas correctas prácticas de manejo, y respetando en cada momento las condiciones medioambientales establecidas, es como consiguen ofrecer la mejor calidad en sus carnes. Entre sus grandes ventajas, la trasparencia y trazabilidad en todos los productos que elaboran, ya que trabajan con el denominado 'etiquetado limpio' consiguiendo siempre las alternativas naturales a los aditivos alimentarios. No utilizan ni colorantes, ni conservantes, ni potenciadores del sabor. Conocedores de que sus clientes buscan lo mejor para su cuidado y salud, sustituyen la margarina (elaborada con aceite de palma) por aceite de oliva, dándole así a sus productos un valor añadido de la tierra y el sabor característico que nos aporta el ingrediente protagonista de la dieta mediterránea.

La innovación siempre ha formado parte del ADN de la empresa, dinamizando otra de sus categorías, la de elaborados cárnicos. Entre los más demandados por los profesionales de la hostelería se encuentran la tradicional zurrapa de lomo, la carne en salsa, las albóndigas, los pinchos morunos, los flamenquines, o los originales Bartolitos de la Vega. Comercios de alimentación, hoteles, bares, restaurantes, hipermercados, etc. son lugares donde Olé Mis Croquetas se va posicionando, y son testigos indiscutibles del buen hacer y la calidad de estos productos.

Pongámonos manos a la masa adentrándonos en las cocinas de Olé Mis Croquetas. Las croquetas parecen un plato sencillo pero su elaboración tiene más de una complicación. Las principales dificultades que nos aparece en casa es que se nos pega la masa y o simplemente el dolor de brazo que en ocasiones regala tras el tiempo de amasado que requiere para ensamblar los ingredientes. Hay miles de recetas y formas, redondas, rectangulares, cuadradas, líquidas y cuajadas, de sabores dulces y salados... Se pueden hacer de sobras, que de eso nacieron. Pero hoy en día se trabaja especialmente materia prima para hacerlas, otorgándoles el mayor prestigio posible, pues no es un bocado cualquiera. En esta empresa donde se presta especial atención al proceso de elaboración de cada una de las diferentes variedades que ofrecen, emplean productos de primera calidad y naturales que garanticen un sabor y textura excelente.

¿Sabores? Casi como gustos. Con más de 20 tipos de croquetas de diferente sabor, podemos encontrarnos las conocidas croquetas de jamón y pollo, las de rabo de toro, las de gambas al pil-pil, la croquetas de espinacas con roquefort, las originales croquetas de morcilla y manzana, las de dátiles con bacon, las tradicionales de puchero o las de salmón ahumado con queso cremoso. Pero han innovado un paso más allá con las croquetas dulces de chocolate, las de torrija o las de pionono.

En alguna ocasión alguien dijo que estas croquetas son las que despiertan los cinco sentidos. Vista: Color agradable y tamaño adecuado. Tacto: Textura suave y bechamel cremosa. Olfato: Aromas de la huerta, el mar o la granja. Oído: Al escuchar como cruje el sésamo en tu paladar. Y gusto: Al paladear sabores puramente artesanales.

Desde sus cocinas recomiendan que pasos hay que seguir para un acabado profesional en casa.

-Calentamos el aceite a 180º.

-Introducimos de 6-8 unidades según la capacidad de la freidora.

-Freímos sin sacar a la superficie hasta dorar. Muy importante no sacar a la superficie hasta pasado el tiempo recomendado pues las oscilaciones de temperatura determinan el resultado.

- Dejar reposar durante unos 2 minutos sobre servilletas de papel absorbente para eliminar el aceite sobrante.

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