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JESÚS LENS
Viernes, 22 de marzo 2019, 00:37
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En el centro neurálgico del Realejo abre sus puertas una tasca como las de toda la vida, que recupera el sabor clásico de la gastronomía granadina tradicional, poniendo el acento en los platos de cuchara y reivindicando el valor de la tapa. Sus 'gachas picantonas' resultaron ganadoras en la final del concurso Granada de Tapas organizado por Cervezas Alhambra.
La Tarasca es un cálido homenaje culinario a la emblemática figura del Corpus que tan cercana nos resulta, reivindicando en su carta la importancia de los guisos caseros que, con las nuevas tendencias en la cocina, han ido quedando progresivamente arrinconados. Así, en el menú de mediodía, La Tarasca ofrece diferentes platos de cuchareo, como el muy granadino puchero de coles, la cazuela albaicinera de fideos, las lentejas con chorizo, las patatas con costilla y las migas de pan con torreznos.
La propuesta es que el cliente coma como en casa y disfrute de los sabores tradicionales de los platos de siempre y tal cuál fueron concebidos, sin reinvenciones ni reinterpretaciones. Sin modernizarlos o enmascararlos. «Puro producto, pura cocina y puro sabor», como señalan los responsables de La Tarasca.
En la carta destacan sus entrantes a base de encurtidos, un clásico de la gastronomía tradicional, con una encendida reivindicación de las aceitunas, que se pueden disfrutar partidas al limón, con queso añejo y piparra, con jamón y piparra o con sardina, queso feta y la referida piparra; esa guindilla vasca con la que también se prepara la tradicional Gilda, el pincho más cinematográfico que existe. Los encurtidos se muestran en gran expositor que le confiere una personalidad muy acusada a La Tarasca, contribuyendo a darle a esta tasca de barrio un aspecto a la vez tradicional y muy moderno.
Para los amantes de las conservas, mejillones gigantes, berberechos al limón, alcachofas romanas con anchoas o las anchoas con queso. Y como en toda buena tasca que se precie, las chacinas ocupan un espacio importante en la propuesta gastronómica de La Tarasca: jamón y panceta ibéricos, chorizo y salchichón de bellota, salchicha cocida y, para los amantes de los quesos, el popular payoyo y los premiadísimos queso de cabra Pata Negra y Las RRR. Como se puede observar, una decidida apuesta por el producto de mejor calidad.
La Tarasca también le pone mucho cariño a las tapas, a las raciones... y a las medias raciones, tan agradecidas para los amantes de picotear y probar cuanto más mejor. Clásicos fríos como la ensaladilla rusa, la ensalada de pimientos, los cogollos con ajos fritos, el salmorejo granadino y la suculenta pipirrana de pulpo se dan la mano con propuestas calientes más robustas y contundentes.
Para los amantes de los productos de la mar, el pulpo guisado, las tortillas de camarones y el bacalao con tomate son una inmejorable opción. Para los más proclives a las carnes, la oferta es muy amplia, con propuestas como albóndigas con salsa de almendra, la carrillada estofada, las manitas de cerdo con salsa -que vienen deshuesadas, lo que es muy de agradecer- choto en salsa, rabo de toro guisado y mollejas de cordero salteadas con ajos. Propuestas todas ellas que apelan a una cocina de fuego lento, tiempo, mimo y cariño.
El flamenquín, tan sencillo pero tan difícil de conseguir en su punto justo, también tiene su hueco en La Tarasca, servido con pimientos fritos. Y, para deleite de los clásicos, las croquetas de puchero, el pisto con huevos fritos y una tortilla de patatas con cebolla, siempre recién hecha, como Dios manda. Muy original la calabaza frita con ajos, uno de esos platos que no se estilan, y buenos productos de la huerta, tan sencillos como exquisitos, del tomate aliñao a los pimientos de Padrón.
Para rematar la comida, haya sido más formal o más distendida, La Tarasca sigue haciendo honor a esencia de barrio, popular y con raíces; y propone las tradicionales leche frita, natillas o flan de huevo. Caseros, por supuesto. Y para los amantes de los lácteos, el queso con membrillo.
El vino y el vermú no pueden faltar en una buena tasca. Son las bebidas estrella que, junto a la cerveza, también ocupan una parte muy vistosa en la afortunada decoración y lograda ambientación del local.
La Tarasca es, por tanto, una inmejorable opción para los amantes de una cocina tradicional y con raíces, que busquen platos con fundamento para disfrutar del sabor de la cocina casera de toda la vida.
Dirección: Plaza Fortuny, 1. Granada.
Tfno. Reservas: 958 520 911.
Jefe de cocina: Antonio Ledesma.
Jefe de sala: Manuel Calancha.
Estilo de cocina: Tradicional granadina.
Precio medio: 18-25 euros.
Menú del día: Plato de cuchara a mediodía a 5 euros.
Imprescindible: Gildas, croquetas, flamenquín, huevos rotos y tortilla de patatas.
Capacidad: 45 comensales.
Cierra: Domingo noche y lunes.
Cerveza: Alhambra.
Café: Cumbal.
Wifi: Sí.
Aparcamiento: No.
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