Antonio Peregrín en su moto con una Cruz de Mayo. Mónica Paván
Destinos con sabor

De las Cruces al Real de la Feria: el Corpus casetero granadino

Pablo Amate

Viernes, 24 de mayo 2024, 00:11

Hoy quiero enaltecer a este abogado granadino, Antonio Peregrín, cuya idiosincrasia y tradiciones locales divulgó personalmente. No cantaba, no bailaba, no hacía palmas ni tampoco ... guisaba. Socio de una peña con abolengo caseteril, que dio vida y prestigio propios sin imitar a Sevilla. En el Real de la Feria granadina, desde el Salón al Almanjáyar, han sido y son pioneros en casi todo, siendo la transición de aquellas casetas verbeneras, con solo sangría, 'perdices' (patatas asadas) y maní tostado. Algodones para los niños y conjuntos musicales que amenizaban desde pasodobles, coplas y versiones de canciones modernas. Y allí surgió la Peña Los 17, creando una actividad totalmente nueva: los propios socios guisaban cada día, según habilidad y maña cocineril.

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Los pinchitos del moro Juan

Recordar también que cada Corpus aparecía Juan, súbdito marroquí, con su anafre, carne de cordero para ensartar en pinchos de alambre, con la carne adobada. En el norte de África no les llaman 'pinchito moruno'. Allí son brochetas siempre, con el secreto de las especias propias del Magreb que Juan, el moro, nunca nos dijo. La cosa es que les daba el mejor punto del planeta. Juan se retiró por edad, continuando alguno de sus hijos durante pocos años más. Juan atendía a la vez a La Ruiseñora y a Los 17, por un ventanuco muy alhambreño.

Concursos caseteros

Este nuestro periódico, IDEAL, apoyó y fomentó durante años los certámenes culinarios, estando yo al frente de ellos. La Ideal, nombre de la caseta del periódico, logró gran prestigio y fama con su concurso culinario, de serias reglas y ejecución, todas en directo. Había que llevar 'el aro', butano e ingredientes en crudo para guisar en directo y tiempo concreto su plato tradicional granadino. Fue un gran logro social ver guisar en directo a notables profesionales como el doctor y destacado traumatólogo Miguel Ángel Lapresa. Tiene mucho mérito elaborar guiso con carne de monte, cazada por el mismo y donada a su caseta. Hoy, en todas, desde jueces, mecánicos como El Latas o el añorado JL Rescalbo, gran bancario, han cocinado.

Antonio y el estar sabiendo

Antonio (El Pere) sorprendió a la ciudadanía con su Cruz–móvil, que enjaretaba en el sidecar de su moto de época. E iba por todas las cruces del día, dando alegría y sorpresa al personal. En Corpus acudía a su caseta, siempre querido, y recibía e invitaba a sus amigos y a los que ni conocía. Siempre enhiesto, creo que jamás lo vi sentado, incólume, tieso y sin aspavientos, con su copa de Pepsi y 103. Los 17 siguen siendo faro del Real cada año. Brindo por los ausentes.

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