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Adriano junto a todo el equipo de La Madraza, su restaurante en Granada. IDEAL
El hostelero «100% granadino» que triunfa con su Madraza en Granada

El hostelero «100% granadino» que triunfa con su Madraza en Granada

Con nombre propio | Adriano Redondo ·

Adriano Redondo es propietario junto a su cuñado del Restaurante La Madraza, un lugar que conquista a sus clientes a través de los platos más típicos de la gastronomía de Granada

alberto flores

Viernes, 25 de marzo 2022, 00:13

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Aunque no son la mayoría, en Granada todavía hay restaurantes y bares que triunfan manteniéndose firmes a sus orígenes. Establecimientos que basan su éxito en la tradición y el trabajo, factores con los que han conseguido ganarse a la clientela granadina, una a la que no siempre resulta sencillo de convencer. Uno de ellos es La Madraza, un restaurante ubicado en la zona del Palacio de Deportes que dirige Adriano Redondo junto a su cuñado Luis Díaz, dos granadinos que llevan trabajando juntos en la hostelería toda la vida y que en 2005 decidieron emprender su aventura por su cuenta creando su propio establecimiento.

La Madraza es un lugar 100% granadino. Comida casera, productos frescos, platos típicos como la tortilla Sacromonte o el rabo de toro, elaboraciones de cuchara… En definitiva, una cocina muy de Granada. «Nosotros venimos de la tradición del antiguo Restaurante Los Manueles, que ofrecía una gastronomía de esta tierra, y eso es lo que sabemos hacer», explica Adriano al ser preguntado por cómo es su restaurante. Un lugar perfecto para disfrutar de unas tapas, raciones o sentarse a comer cualquiera de sus platos. Además, de ofrecer cada uno de sus platos para llevar y disfrutar en casa.

Al igual que su cuñado, lleva toda la vida dedicándose a esto. Concretamente desde los 14 años, momento en el que tuvo que empezar a trabajar para echar una mano en casa. «Cogí una lista de empleos y había un negocio, Los Manueles. Al llegar me quedé impactado por la cantidad de jamones que tenían allí colgados», reconoce entre risas el hostelero. Y fue así como en 1971 comenzó a trabajar junto a su cuñado en un lugar en el que permanecieron hasta 2005. Ese año el negocio del que ya eran encargados fue vendido y decidieron que, en vez de buscar un nuevo empleo, era el momento de crear su propio restaurante. «No nos acobardamos y decidimos que era el momento de trabajar por nuestra cuenta el tiempo que nos quedara». Unos inicios que no fueron fáciles, sobre todo por la gran inversión que tuvieron que realizar, pero que al poco tiempo comenzó a dar sus frutos.

«Estamos viendo cómo lo podemos hacer para que el negocio siga exactamente igual, nuestra ilusión es que La Madraza siga siendo lo que es. Y va a seguir siéndolo»

«A los seis meses tuvimos que ampliar personal». Ahora cada cuñado ejerce, además de propietario, de encargado. Uno se ocupa de las mañanas y el otro de las tardes. Aunque, tras pasar más de media vida en la profesión, con más de 50 años en el mundo de la hostelería ya piensan en el retiro. «Estamos viendo cómo lo podemos hacer para que el negocio siga exactamente igual, nuestra ilusión es que La Madraza siga siendo lo que es. Y va a seguir siéndolo». Porque, según explica, la base de un negocio es contar con una plantilla que haya aprendido «la esencia del negocio».

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