El ramen que arrasa en Granada

Se encuentra en una de las zonas de más tránsito del centro histórico de Granada, esa calle Príncipe que conecta Reyes Católicos con la plaza Bib-Rambla. Recién ampliado, allí abre sus puertas Noodle Rest, un templo para los amantes de la cocina oriental. Acaba de cumplir diez años y fue el introductor del ramen en Granada, ahora tan de moda.

Les visitamos el pasado lunes a primera hora de la mañana. Todo luce limpio y reluciente. Se respira calma y tranquilidad. Sandra Navarro nos recibe con su gran sonrisa y pasamos a la cocina, donde Emilio Varela ya está liado con el ramen, la popular sopa japonesa.

Una inmensa olla al fuego empieza a hacer chop chop mientras Emilio trabaja con la panceta. Cuchillo en mano, nos va contando las novedades de un establecimiento en constante proceso de cambio y transformación. El más evidente: la ampliación del comedor. «Antes teníamos apenas cuatro mesas, pero ahora ya podemos atender a muchos más clientes».

Efectivamente, la anexión del local anexo le da amplitud y personalidad a Noodle Rest, cuya colorista decoración invita a hacer una y mil fotos diferentes, de la gigantesca reinterpretación de la mítica ola de Hokusai al amuleto de la suerte de la entrada, todavía con un ojo por pintar, como manda la tradición.

«Veníamos de Fuengirola, donde trabajábamos en bares de copas. Allí estaban extendidas cocinas como la tailandesa y al llegar a Granada apostamos por una gastronomía diferente y original. No queríamos abrir un bar de tapas al uso», explica Sandra.

¿Por qué, el ramen? «Emilio siempre ha sido muy innovador. Al principio arrancamos nada más que con noodles y wok, pero cuando recibíamos turismo asiático, nos pedían sopas. Empezamos a mirar y descubrimos el ramen, que aquí no existía», señala Sandra. «Me apunté a un curso en Málaga y me fascinó», sigue Emilio. «Me vine emocionado. No sólo por el sabor y la textura, sino por todo el misticismo que rodea al ramen, la colocación de los ingredientes y su versatilidad».

El ramen es una sopa densa y espesa cuyos ingredientes principales son los fideos chinos, acompañados de caldo de carne, verduras y carne, marisco o pescado. ¿Fideos chinos en un plato japonés? Sí, porque uno de los platos más señeros de la cocina nipona nació en China como una sencilla sopa de fideos cortados acompañados de huesos de ternera. Tras la II Guerra Mundial se convirtió en un alimento fundamental para los japoneses. De hecho, el ramen es tan popular en Japón que hay un museo dedicado exclusivamente a él. El Ramen Museum, ubicado en Yokohama, presenta la historia y evolución del plato a lo largo del tiempo. Una receta tan popular y con una mezcla tal de ingredientes que podría asemejarse a nuestro cocido o a la mismísima olla de San Antón, sea en uno o en varios vuelcos.

Para Emilio, como decíamos antes, el ramen es un plato «superversátil. Además de que con su huevo poché y sus fideos bien servidos parece un cuadro, puedes hacer el caldo de lo que quieras, igual que el aliño. No lleva sal y es muy sano. En Noodle Rest, los fideos son siempre frescos y le puedes poner diferentes topings. Nos gusta mucho el Ramen Shoyu, que en Japón lo toman hasta para desayunar». También hay sopa coreana, «que la clientela asiática la pide mucho», y tailandesa, con su curry y leche de coco, de sabor intenso».

El Noodle Rest hicieron innumerables pruebas con el ramen mientras seguían funcionando con su carta normal, en la que el wok tenía gran importancia. Cuando llegó la pandemia, cambiaron de criterio y eliminaron el wok para hacer comidas más saludables aún, hasta con un 70% menos de grasa, con el uso del Teppanyaki, una plancha que funciona a alta temperatura y necesita de menos aceite. «Se imponen las nuevas tendencias en alimentación», explican Sandra y Emilio a la par. «Es una comida más ligera y saludable, llena menos. El cliente sale muy satisfecho. Lo notamos en la clientela oriental, a la que preguntamos mucho. Cuando vienen y repiten, algo que ocurre a menudo, es la mejor señal».

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