Tortillas en Granada

La tortilla más colleja del mundo está en Granada

Suelen pasar inadvertidas. Nadie se acuerda de ellas a la hora de hablar de las mejores verduras para hacer tortillas. O casi nadie, que los amantes de las collejas son cada vez más numerosos y les gusta hacer proselitismo. Por ejemplo, José Miguel Magín, el cocinero jefe del hotel Santos Saray y de gastrobar Qübba, uno de sus grandes defensores.

Les cuesta trabajo hacerse oír, eso sí, que hasta el nombre científico de la planta contribuye a su anonimato: silene vulgaris. Sin embargo, y aunque a veces se la incluya entre las malas hierbas, la colleja no tiene nada de malo, ni de vulgar. Hablamos de una hierba que, efectivamente, se da con facilidad, es muy resistente, capaz de sobrevivir en las condiciones atmosféricas más complicadas y amante del sol. No será raro, pues, que en un futuro no muy lejano sea mucho más conocida y cocinada, tal y como van las cosas en nuestro vapuleado planeta. Además, es fácil de cultivar, dándose muy bien en macetas y jardines. Se suele encontrar al borde de los caminos y carreteras y junto a los sembrados de otros productos, como los cereales o las viñas. Y precisamente por su facilidad para agarrar y su indómito carácter, se la ha tratado de erradicar con herbicidas, craso error.

En temporada, Magín incluye la tortilla de collejas en su propuesta gastronómica. Nos acercamos a su cocina para ver cómo la elaboran, en vivo y en directo. Lo primero y más importante, lavar bien las collejas antes de cocerlas. Y un truco esencial de Magín para que la tortilla salga con una textura diferente: pasar la verdura cocida por un poco de harina y freírla antes de mezclarla con los huevos. De esta forma le sabe diferente al paladar, resulta sabrosa, tierna y jugosa, pero con un toque crujientito que se disfruta largamente. Como muestra, la que prepara Antonio Fuillerat junto a José Miguel Magín en el Santos Saray.

Además, una tortilla de collejas aporta muchas y buenas propiedades al cuerpo. Recordemos que la colleja es un manjar que favorece las digestiones y, gracias a su aporte de potasio, resulta diurética y contribuye a depurar el cuerpo y eliminar toxinas. También se recomienda para reducir los niveles de estrés y ansiedad y para mejorar la salud cardiovascular. Tiene muchos antioxidantes, como los carotenos, por lo que contribuye a cuidar el hígado. Además, las collejas aportan calcio, bueno para dientes y huesos; y magnesio, aliado de los músculos y los nervios y que contribuye a fortalecer el sistema inmunitario.

Por todo ello, siempre que puedan, no duden en preparar o pedir la tortilla más colleja del mundo que, además, da nombre a un popular y cariñoso tantarantán. ¿A quién no le han dado una colleja alguna vez? El nombre viene de la similitud del sonido de la palma de la mano impactando con la nunca con el que hace la flor de la planta cuando se explota de un palmetazo. Recordemos que la flor de la colleja, en verano, cuando la planta no es comestible, atrae a las abejas y otros insectos polinizadores, además de ser ornamentalmente muy llamativa.

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