El Fandi: «La ensaladilla de Puesto 43 me hace sentir como en casa»

David Fandila es de los granadinos que llevan su tierra por bandera. Torero desde los 19 años y apadrinado de Jose Mari Manzanares, desea volver a los bares de la tierra que lo vio nacer. Desde sus atesorados recuerdos, ahora más valiosos que nunca tras meses apartado de su querida Granada, recorre con anhelo las callejuelas y callejones que lo conducen hasta la señorial plaza de Gracia. Desea volver a sentirse a gusto rodeado de la simpatía y profesionalidad de la familia Peregrina Sánchez. «Echo de menos esa ensaladilla de Puesto 43 que me hace sentir como en casa», cuenta David desde su salón con la alegría propia de los buenos recuerdos.

Cuando las circunstancias lo permitan, el 'maestro', que tomó la alternativa hace ya dos décadas en la Monumental de Frascuelo, regresará a pasear con regocijo por la calle Navas. De ella, la arteria principal del corazón granadino, emanan recuerdos agradables para él llenos de anécdotas y bares.

«Allí hay que hacer la parada obligada en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, los Diamantes». El original, del que nació todo. «Una barra de las históricas a la que ojalá pueda volver pronto, con un pescado maravilloso». Tras los Diamantes, otra de las barras con estilo único, la del Mentidero. «Un buen vino en el Mentidero no hay que perdérselo», continúa David, que repasa los bares que suele frecuentar. Para él no hay recorrido gastronómico perfecto que no culmine con un buen helado. Y si de helados se trata en la capital granadina, hay que visitar Los Italianos en Gran Vía de Colón. Un clásico que levanta pasiones, cuya familia la 'De Rocco' ha sabido mantener intacta su calidad y excelencia en cada uno de sus helados artesanales.

En ocasiones, admite variaciones, y lo cambia por un granizado de la heladería La Rosa, en Carrera de la Virgen. Según reconoce El Fandi, . Y de ella, sus bares, sus gentes, sus sonrisas, sus charlas y sobremesas.