Carta de amor a un bar: El Cambalache

Querido Cambalache: «Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también». Ay, ¡si el tango supiera el cambalache que está siendo este 2020! Claro que en tu barra, la de la calle Duquesa –que nadie os confunda– no cabe ni un lamento en cuanto Guillermo recomienda un vino y Manolo ofrece la primera tapa.

Lo tuyo es, ni más, ni menos, cocinar: mezclar sabores y texturas con el artificio justo. Y ahí, lo mismo encaja una tosta con combinaciones siempre llamativas que un corte de jamón con buen aceite o un manso vasito de caldo. De ti, Cambalache, echo de menos la empanada criolla al filo de una noche con buenos compañeros –incluso amigos–. Pero hay mucho más: churrascos, croquetas, calamares, vuestras sopas frías... O las berenjenas en escabeche que acompañan esta carta. Una carta que cambia cada día, fruto de una intuición que nunca falla.

Querido Cambalache, este 2020 nos ha robado algunas noches, pero ya estás de vuelta. Nos veremos pronto en el templo de la calle Duquesa, Guillermo, Manolo.

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