Bistró by El Conjuro, un concepto de restauración libre y creativo

Al frente de su cocina está el Maestro Culinario Antonio Lorenzo, que no deja de crecer y evolucionar como cocinero.

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Antonio Lorenzo es el único cocinero de Granada con nada menos que dos establecimientos recomendados por la Guía Michelin. Así define la Guía El Conjuro de Calahonda, donde todo comenzó: «De aire minimalista y bien llevado entre hermanos. Cocina contemporánea sin ataduras, en base a los mejores productos de la costa, carnes selectas y... ¡condimentos asiáticos!».

Y así describen los inspectores de Michelin la sucursal granadina, donde se podrá disfrutar de su Menú Especial para Maestros Culinarios: «Le Bistró by El Conjuro es un restaurante de carácter canalla e informal que apuesta, sin complejos, por ofrecernos unos platos no encorsetados. Huyen de los tipismos y… ¡buscan jugar con los sabores!».

Efectivamente, Antonio Lorenzo es un cocinero intuitivo que ha convertido El Conjuro de Calahonda en lugar de peregrinaje obligatorio para los aficionados a la gastronomía más exigentes.

Por su parte, en Le Bistró by El Conjuro, en el corazón de Granada, practica una cocina de producto con toques de modernidad y vanguardia en un ambiente moderno y diferente.

Creatividad, creatividad y más creatividad es la consigna de Antonio Lorenzo, cuyos restaurantes organizan jornadas dedicadas al atún o a la casquería según temporada. También trabajan muy bien los arroces y los pescados de la Costa Tropical, con especial cariño a la quisquilla de Motril.

Este año, además de abrir Sangacho en verano, como todos los años, Antonio y Daniel Lorenzo han cumplido un viejo sueño y se han hecho cargo de El Embarcadero, el hotel con restaurante y terraza donde sus padres se conocieron, imponiendo en su cocina su reconocible sello gastronómico.

El trabajo de sala es igualmente importante en Le Bistró by El Conjuro, con acabados de plato en mesa para disfrutar de un poquito de showcooking.

En permanente estado de gracia, Antonio Lorenzo y todo El Conjuro son imprescindibles en la Granada gastronómica más exigente.